‘De todas las flores’ (2022), de la catarsis hacia la transmutación.
Me encontré con De todas las flores en el 2024, en un momento muy personal de separación y duelo, puedo decir que en mi momento vital, sigo sintiendo una profunda conexión con el sentir de todas sus canciones, como mujer, como artista y como ser humano. Natalia Lafourcade, en su esencia Pisciana, tiene un tipo de sensibilidad que atraviesa hasta la médula, que da en el mero tino, que sabe llegar a donde tiene que llegar, pues. Y es que cuando en las heridas hay esmero, flores sembradas que se marchitan, historias que se entretejieron para desbaratarse y partes que olvidamos de nosotras mismas (venga, que de desamor y reencuentro con una misma trata el álbum), la cura debe poder llegar a las profundidades, alumbrar con un rayo certero y preciso hacia donde nos cuesta ver.
Por Aura Metzeri Altamirano Solar .
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