La forma en la que nos comunicamos con nuestra audiencia es la herramienta más poderosa para hacer cine.

Donald Miller, en su libro Building a StoryBrand, propone un marco teórico que puede aplicarse tanto a la mercadotecnia como a la creación de guiones. Su enfoque se basa en la simplicidad, la empatía y la claridad. Y aunque muchos puedan resistirse a la idea de que exista una fórmula para contar historias, la realidad es que la mente humana necesita estructura. Cuanto más predecible es una historia (en términos de su esqueleto narrativo), más fácil es para el cerebro seguirla y disfrutarla.