Murasaki Shikibu ha trascendido en la literatura japonesa y universal como la autora de Genji Monogatari, la primera novela psicológica de la historia. También escribió un diario —Murasaki Shikibu nikki— y varias colecciones de poemas, unas como parte de sus obras narrativas, y otras independientes de estas; formó parte del Nyōbō Sanjūrokkasen, o Las treinta y seis mujeres inmortales de la poesía una lista antológica de poetas de la Era Kamakura.
‘Silencio’ (2016) de Martin Scorsese: Fe y Apostasía en el Japón del Siglo XVII.
Silencio —Silence—, es una película estadounidense del año 2016, dirigida por Martin Scorsese, a partir de la novela homónima —Chinmoku—, del autor japonés católico Shusaku Endo, que en 1966, año de su publicación, se alzara con el prestigioso Premio Tanizaki y fuera adaptada al cine en otras dos ocasiones, en 1971, por Masahiro Shinoda y en 1996 por João Mário Grilo, bajo el título Os olhos da Asia. Por Barbarella D´Acevedo.
El tiempo mágico de Marosa di Giorgio.
La autora en su obra reconoce todos los tiempos, escribe a veces en pasado, otras en presente, y algunas en futuro, conoce el ayer, pero sobre todo el mañana; la poesía es el tiempo mágico de lo oracular, desde donde se puede crear (creer) un futuro, el futuro existe si alguien es capaz de escribirlo, la palabra lo convierte en algo cierto y a la vez, pretérito para los otros. Por Barbarella D´Acevedo.
Virginia Woolf y la Dualidad: Una Mirada a Orlando.
La creación, en Orlando, es como la encina árbol, dónde el alumbramiento llega finalmente tras la unión de los opuestos en un mismo ser. La escritura es como el acto sexual, en qué los principios contrarios se integran y alcanzan una voz. Orlando concluye su obra, la entrega al mundo al publicarla —alcanza la fama sin preocuparse por esta— y tiene después un hijo carnal. Orlando y la Encina son entonces la misma cosa: hombre-mujer, árbol, obra, vida, sí, porque la vida se escribe también a lo largo de la eternidad como un largo y perfecto poema. Por Barbarella D´Acevedo.
Las demandas de la escena en el entrenamiento del actor a la luz de la Antropología Teatral.
La antropología teatral, disciplina encabezada por un autor como Eugenio Barba, quien es además director del Odin Teatret, actor y teórico, ha definido una serie de Principios que Retornan, es decir, de supuestos o principios que es posible apreciar en experiencias teatrales y danzarias aparentemente distantes en cuanto a estilos, tiempo o espacio. Así, tanto en el teatro clásico griego, como en la Comedia del Arte, en el ballet, en los Teatros de Asia, o en las escuelas de occidente (incluidas la de Stanislavsky, Meyerhold, y Grotowsky) es posible hallar esos principios que retornan. Por Barbarella D´Acevedo.
Howard Gardner y cómo las Inteligencias Múltiples Transforman la Educación.
Howard Gardner en Frames of Mind: The Theory of Multiple Intelligences, revoluciona el concepto de inteligencia al reelaborarlo y ampliarlo de manera significativa lo cual es útil, a la larga, en el campo educativo, tanto artístico como no artístico. Según este investigador la inteligencia es una habilidad necesaria para “resolver problemas”, y “elaborar productos” que son de importancia en un contexto cultural, o comunidad determinada, e incluye no solo el pensamiento y la capacidad de razonar sino también el actuar.
Vestuario y maquillaje en la historia del cine V
El maquillaje, al ser usado en la industria del cine, ha podido llegar asimismo a contribuir a la identificación del estilo o la poética de un director determinado. Por ejemplo en Tim Burton ha venido a ser —a la par de la imagen toda— un recurso esencial que marca como un sello su filmografía, casi desde el inicio de su carrera. Múltiples maquilladores de prestigio, con una obra que los acredita como tales, han contribuido a hacer sus filmes inolvidables. Por Barbarella D´Acevedo.
Yūrei Monogatari: La Figura del Fantasma en el Arte Japonés.
En la cultura japonesa el fantasma o yūrei es una presencia casi constante que puede apreciarse en las diversas manifestaciones artísticas y está enclavado en el imaginario colectivo, social y religioso del pueblo nipón. Por Barbarella D´Acevedo.
Vestuario y maquillaje en la historia del cine IV
En 1972 Dick Smith se sumó al equipo de otra gran entrega cinematográfica: El padrino —The Godfather— dirigida por Francis Ford Coppola y basada en la novela de igual nombre, de Mario Puzzo. En este filme de Paramount el actor Marlon Brando consiguió el papel de Vito Corleone al presentarse en audición con las mandíbulas llenas de algodón para alterar el rostro y la voz y lograr una caracterización excelente que quedó luego, registrada tal cual en el filme, donde fue por demás acompañada de un efectivo maquillaje. Por Barbarella D´Acevedo.
Vestuario y maquillaje en la historia del cine III
Fue en esta etapa que el maquillador Maurice Seiderman asumió la película Ciudadano Kane —Citizen Kane (1941)— protagonizada y dirigida por Orson Welles. Para este filme creó alrededor de treinta y siete “rostros” diversos para Welles en los procesos tanto de rejuvenecerlo como de envejecerlo. El actor tenía solo veintiséis años cuando realizó el filme pero se encontraba algo “entrado en carnes” y la productora RKO estaba interesada en que se viera atractivo. Incluso la nariz del intérprete fue transformada desde el punto de vista cosmético para el embellecimiento que se propuso en la película. Por Barbarella D´Acevedo.
Sor Juana Inés de la Cruz, escritora y religiosa
En la obra toda, de Sor Juana Inés de la Cruz, destaca especialmente aquella que concibe con ascendencia y finalidad religiosa. No es que el resto de los textos literarios de Sor Juana, incluidos sus poemas de amor o su ensayística que deja entrever en su Carta Respuesta a Sor Filotea de la Cruz, no alcancen loable maestría e ingenio, sino que es en la obra religiosa de la autora dónde se manifiesta, a la par de la fe, una notable maestría y encanto. Por Barbarella D´Acevedo.
Vestuario y maquillaje en la historia del cine II
Desde el punto de vista de la imagen fílmica en general, entre 1930 y 1940, es algo a destacar que ya en algunas películas en los Estados Unidos, se buscó lograr una mayor verosimilitud epocal, particularmente en lo referido al vestuario, en filmes como Mujercitas o Little Women (1933), y Lo que el viento se llevó o Gone with the Wind (1939). No obstante el maquillaje —Monte Westmore, realizó el de Lo que el viento se llevó— no siempre respondió a un sentido historicista sino que se ajustó a los presupuestos de los períodos de realización de los filmes y en particular a la noción de embellecimiento de las estrellas propia del Star System. Por Barbarella D´Acevedo.

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