Con mi abuelita paterna, también viví grandes momentos, ella llegaba casi todas las mañanas a mi casa, pues le quedaba de camino a la suya, nos llevaba pan dulce y me hacía unas trenzas bien apretadas, y yo llegaba bien peinada a mis clases en la primaria. También me gustaba ir a su casa, solo entrar en ella y el olor a guayabas invadía mi olfato, eso era gracias a que en el patio había un gran árbol, daba unas guayabas gigantes, verdes por fuera, rosas por dentro, muy dulces; nunca he vuelto a probar unas así.
Mañanas de whisky y café.
La casa se ha quedado en silencio nuevamente, todo es tranquilidad. Solo quedamos ella y yo, entro a la habitación y sigue dormida, no quiero molestarla, la esperaré en la sala. Paso por el espejo de cuerpo completo que está en el pasillo, y me detengo a observar mi reflejo, mi barba está cada vez más larga, mi pelo negro salpicado de canas. Me han dicho que mi mirada refleja la nobleza de mi alma, yo creo que tengo una mirada juiciosa. Me gusta como luzco, aún tengo buen porte.
Crónicas Plutonianas III: Metepec, Toluca y el cosmovitral
¡Bienvenid@s a una nueva edición de las Crónicas Plutonianas! La crónica de hoy es cortesía de la hospitalidad de una gran amiga, Gerladine Villamil, quien me llevó dos días por estos sitios que, aunque cercanos a la Ciudad de México, desconocía casi por completo.
Mi amigo, Vargas Llosa…
La primera vez que lo vi, estaba al lado de mis abuelos. La distancia en blanco y negro se sintió extrañamente familiar. “Es el Varguitas”, me dijo mi abuela. “Ah, el amigo del Gabo”, le respondí satisfecho. Era la primera vez que veía esa fotografía, pero la sensación fue de conocerla entera. Había escuchado tantas veces su nombre que hasta sentí que yo también podía llamarlo Varguitas, incluso si sus escritos habían sido hasta entonces humo y espuma. Por Santiago Jordán Cardona
La vida a los 23: una perspectiva personal sobre crecer y avanzar…
Cumplir 23 años. ¿Sabían que esa era la edad que tenía Ian Curtis, vocalista de Joy Division, cuando se suicidó? Blink-182 menciona que nadie te quiere cuando tienes 23. La canción “Right where you left me” menciona que “ella todavía tiene 23 en su fantasía”. Solo has subido tres escalones del segundo piso, quedan 7 para llegar al tercero y comenzar a cuestionarse si esa es la vida que esperabas (si no es que ya lo estás haciendo). Por Eli Montelongo.
Crónicas Neptunianas V: Oude Kerk, el barrio rojo y una crítica al Hamparte
Turistas, turistas y más turistas. Puedes comprar paletas (falsas) de un cannabis color verde radioactivo. Si en mí destaca algún defecto es la impaciencia. Andar en bici por el centro de Ámsterdam es a veces, un deporte de riesgo, otras veces, un ejercicio de paciencia, ¿Porqué la gente anda en medio de la calle cuando... Leer más →
Un día en Torreón con Luis De Tavira.
La cita fue muy temprano en el aeropuerto de la Ciudad de México. Cuando llegué al aeropuerto el maestro De Tavira ya estaba ahí. Un hombre que sabe conducirse en los aeropuertos. Sacó su pase de abordar, etiquetó su pequeña maleta, y nos fuimos a desayunar. Ligero de equipaje. Le decía a mi esposa, Elvira Richards, que no hacía ejercicio, que estaba delgado ya de estructura y por una fuerte operación a la que había sido sometido. Abordamos rumbo a Torreón. Por Raúl Adalid Sainz.
Jueves de relatos: ‘Ensayo de un fin’.
Volví a mirar los treinta y cuatro comprimidos que quedaban en el frasco y decidí que era momento de engullirlos con el último bocado. El mareo y la somnolencia que empezaban a embotar a mis sentidos me obligaban a seguir clavado inmóvil contra el fondo de la silla, concentrando a las reservas de mi fuerza y mi conciencia en el deseo de no caer. Por Santiago de Arena.
Relato: Los Girasoles
Conmovido, contempló los mil destellos que la luz del nuevo sol hacía brotar de la humedad en que se erguían las amapolas y los lirios. Su mano abierta acariciaba a las espigas a su paso y el efecto de ese toque de verdor sobre su tacto transformaba a aquellas mudas sensaciones en el roce que evocaba a la memoria de las cerdas de un pincel sobre la punta de sus dedos. Por Santiago de Arena.
Relato: Noticias tuyas
Habían pasado cinco días desde aquel viernes de la cita; y tras cada anochecer se diluían en el terreno del olvido los detalles que integraban al recuerdo de aquel último paseo. Por Santiago de Arena.
Relato: Apuntes del pasado
Impulsados por complejas taxidermias, habitamos al vacío de nuestros días con los fantasmas disecados de un ayer que forma parte de nuestro árbol de familia; y aunque siempre conocemos sus raíces, ignoramos la apariencia de los frutos que tendrá su germinar. Por Santiago de Arena.
Relato: Pensar en Mickey Mouse.
Cerrarás finalmente los ojos y traerás de nueva cuenta a tu memoria el movimiento acompasado de las finas manecillas de un reloj de pulsera que usaste en tu infancia, tan solo unos años atrás, decorado con la imagen de un sonriente Mickey Mouse que con sus brazos, rematados en un par de guantes blancos, te enseñó a leer las horas. Por Santiago de Arena.

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