La película inicia y termina con dos secuencias en las que, por medio de un efecto visual que llega a asemejarse a un espejo roto que muestra dos reflejos en un mismo plano, Rosa y Don Rey apuntan y disparan contra diferentes objetivos siendo un reflejo el uno del otro y basando en ello el cariño y lealtad que, en palabras de la directora, no busca etiquetarse en una relación ni romántica y paternal. Por Anahí Vargas Carbajal.

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