Era verano de 2023 cuando mi corazón roto y mi proceso de sanación se ahogaron en cuanta multimedia llegaba a mis manos. Sin embargo, hubo una serie en particular que desde el primer minuto tuvo algo diferente, digno de apreciar en detalle, y que se me quedaría tatuado con cada uno de los capítulos que vi en un solo día. De repente, ya había acabado una temporada, como si de un parpadeo se tratara. Ahí lo supe: esta serie tenía algo especial, y tenía que descubrirlo. Por Saúl Araujo.

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