Decía María Félix que a una actriz no se le investiga, se le inventa. Que la vida de una actriz es sueño, y si no es sueño no es nada. Lo que no es invento es que cada tanto tiempo surge un nombre en la escena mexicana que conjuga el esplendor que tanto le gustaba a La Doña, el privilegio de pertenecer a la aristocracia del talento que le fascinaba todavía más, los pantalones tan bien puestos que volvieron histórica a Doña Bárbara y la guapeza con entendederas de una devoradora. En los últimos años, la suma de todos esos factores desemboca en el nombre de una actriz en particular que, a diferencia de María, no rechazó la invitación extendida por Hollywood este año: Ximena Romo.
María Félix: La Doña; aciertos e infortunios de la bioserie.
Voy a tener el atrevimiento de iniciar un texto sobre la estrella más grande que haya dado el cine mexicano hablando de mí misma: siendo hija de una sonorense, mis raíces duras como el palo fierro y mi corazón seco como el desierto siempre han retumbado un poquito diferente con el nombre de María Félix,... Leer más →

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