Juan Villoro, escrutador preciso de la metrópoli, entrega un fresco literario donde cabe toda la sociedad mexicana. El otrora Distrito Federal como reflejo del país entero; quienes viven aquí se reconocerán irremediablemente dentro de alguna de las crónicas; los que residen en otros estados se acercarán a la figura enigmática del chilango y a la capital que se expande en medio del embrollo. Una edición de Almadía.
Amor y violencia en ‘Salvar el fuego’ (2020) de Guillermo Arriaga.
Salvar el fuego tiene la visceralidad de Amores perros (2000), la fragmentación abstracta de 21 Gramos (2003) y el optimismo delicado de Babel (2006); se trata del regreso de Guillermo Arriaga a las venas de una ciudad que conoce y expone, luego de su travesía por la vastedad del Yukón y los lobos en El salvaje, novela de 2021.
Novísimas, una radiografía de las nuevas poetas mexicanas.
A lo largo de la historia si alguien menciona la palabra poesía asociamos a los autores ya conocidos y machacados en la psique colectiva dentro de las aulas escolares, sin embargo para Zel Cabrera editora de Novísimas que se publica bajo el sello de Los libros del perro, la poesía no es solo lo ya conocido o las líneas escritas a la idea amor. Por Paulina Lucio.
‘Los recuerdos del porvenir’ de Elena Garro: El tiempo como herramienta narrativa.
¿Es posible recordar lo que vendrá? ¿Traer a la memoria lo que aún no hemos vivido? ¿Quién está sentado en la piedra? Lo maravilloso de esta novela radica principalmente en el tiempo como herramienta narrativa.
Una visión sobre la pérdida: José Revueltas y “El luto humano”.
En 1943 era publicada esta novela. Hoy, 81 años después, considero que esta es una de las novelas más relevantes y complejas que se hayan construido en la historia de la literatura latinoamericana. Es más, creo firmemente que funciona como un reflejo a los desarrollos complejos que solemos tener los humanos. De dónde venimos, en dónde estamos y a dónde vamos. Pienso que todo lo demás que la rodea, es decir: el mundo que describe, las situaciones por las que pasan los personajes, sus nombres o sus personalidades, son solamente parte decorativa de lo que yo me atrevería a considerar el hueso, o la columna vertebral de esta novela. Por Roberto Vudoyra.

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