Confesiones es una película que no dejará indiferente al público, que provocará opiniones encontradas al detonar muchos triggers que podrían volver loca a la corrección política, pero es importante verla como la caricatura de los estereotipos y prejuicios aceptada por sus propios personajes, tal como se autodenomina Sara en la historia. La película funciona como una crítica social que incluso desenmascara a aquellos que se persignan encomendándose a Dios y portan medallitas divinas para resguardar un poco sus remordimientos. Por Anahí Vargas Carbajal.

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