Una película que se tensa con cada segundo que transcurre, pues se acerca de manera inminente la noche de estreno en Broadway. En la expectativa alta de apostarlo todo. Todo esto siempre es ridiculizado por un alter ego (Birdman) sarcástico, incitando a Riggan a dejar toda esa “mierda filosófica depresiva” de lado para entregarse a lo que realmente busca el público. Por Roberto Vudoyra.

Debe estar conectado para enviar un comentario.