Este año deja una huella profunda en el mundo del cine. Entre apuestas arriesgadas, regresos memorables y nuevas voces que conquistaron la pantalla, el séptimo arte volvió a recordarnos su poder para sorprender, conmover y transformar. Desde superproducciones que redefinieron los límites técnicos hasta películas independientes que se abrieron paso gracias a historias íntimas y contundentes, este año ofreció un panorama diverso, vibrante y lleno de innovación. En este especial, Kinema Books reúne lo más destacado del cine en 2025: las películas que marcaron conversación, las actuaciones que deslumbraron, las tendencias que definieron la industria y los momentos que quedarán grabados en la memoria colectiva.
El esqueleto de la señora Morales (1960): la elegancia del horror disfrazado de comedia.
El film tiene varias escenas de taxidermia y es importante resaltar que éstas, contaron con la asesoría de Mario Aguilar Reed, un reconocido taxidermista mexicano que disecó más de 26,000 figuras. Dando así fidelidad al doctor Morales en las escenas más gráficas de la trama.
Proyección de ‘Casi el Paraíso’ (2024) en el GALA Hispanic Theatre.
El próximo viernes 5 de diciembre, la película Casi el paraiso (2024) tendrá una proyección a las 19hrs en el GALA Hispanic Theatre de Washington D.C., como parte del GALA FILM FEST: Latin American Innovation. Esta cinta de manufactura nacional, fue la cuarta más taquillera durante 2024, además de ser la primera película mexicana con una premiere en Dubai. El próximo evento en Washington, organizado por el Mexican Cultural Institute DC y Cinema Tropical, contará con una charla con el director Edgar San Juan.
‘Fantasmas’ (2025) de José M. Delgadillo: la experimentación audiovisual como respuesta a la interrogante fundamental que es nuestra existencia.
Fantasmas (2025) emerge como un trabajo de experimentación audiovisual que intercala fragmentos en movimiento de una vida pasada, distorsiones de rostros, sonidos y vídeos del archivo televisivo nacional, así como música compuesta esencialmente para el filme (de la mano del artista estadounidense Johnny Clyde). Los recuerdos inconexos del autor se organizan en actos, introducidos por frases sobre los fantasmas que habitan en nosotros y lo que nos rodea para luego desplegar la narrativa de una memoria abrumadora.
El escapulario (1968): una joya visual que confirma el genio de Gabriel Figueroa.
El ambiente, filmado casi por completo en Tepotzotlán; la atmósfera totalmente sumergida en el suspenso y enmarcada en la época de la Revolución —haciendo eco con la música de la época y el lenguaje coloquial que usan sus personajes—, me recordó a los Cuentos de la Revolución por el retrato del hombre rural, hosco, curtido a los rayos del sol y las carencias. Varias de las tomas reflejan fielmente la clásica imagen de la época de conmoción social.
Manipulación y fantasía infantil: ‘Veneno para las hadas’ (1986) de Carlos Enrique Taboada.
En esta película Taboada se deshace de lo paranormal y nos deja solamente con hechos que surgen en la mente de sus protagonistas y su fantasía encadenada entre hechizos, brujas y pactos con el diablo. La ambivalencia entre la imaginación y la maldad evidente de Verónica hacen de la trama un choque que viaja entre la desaprobación y el ingenio descarado de la pequeña para salirse con la suya.
Las capas del terror: ‘Más negro que la noche’ (1975) de Carlos Enrique Taboada.
Desde las primeras escenas, Taboada vuelve a situarnos en su territorio favorito: una mansión enorme, cargada de historia, donde las reliquias, los candelabros y las maderas de caoba componen una atmósfera inquietante que parece respirar por sí sola. Antes de eso, sin embargo, nos sorprende con una secuencia de apertura inusualmente “moderna”, donde experimenta con filtros en tonos rojos que, para la época, representaban un intento por explorar los límites del lenguaje visual.
Clásicos del horror: El libro de piedra (1969)
En este viaje a los clásicos mexicanos del terror, tenía pendiente la película El libro de piedra. Nuevamente nos encontramos con Carlos Enrique Taboada, en la que muchos consideran su obra maestra. En este caso, el cineasta no solo dirigió, sino que también escribió la historia y el guion. Esta fue la primera vez que vi esta película, y eso me dio algunas ventajas: pude disfrutar este clásico de 1969 con una mirada moderna, sin el peso de la nostalgia ni de las referencias previas.
‘No Me Sigas’ (2025): una producción de Blumhouse sobre terror mexicano en la era digital.
No Me Sigas (2025) trabaja con la duda del espectador entre lo que es real y lo que no, logrando que mantengas la vista fija intentando descifrar si puede confiar entre lo que ves o lo que quiere Carla que veas. La historia se presenta como un evento paranormal in crescendo que en las últimas instancias da un giro de 180 grados cambiando la narrativa hacia algo más espeluznante.
#FICM2025: ‘En el Camino’ de David Pablos humaniza a la máquina de carretera.
En el Camino, cuarto largometraje del director tijuanense David Pablos, está lejos de ser un body horror como esos a los que nos tiene acostumbrados un director como David Cronenberg, pero si en algo dialoga la película de Pablos con la Crash de Cronenberg, a su vez basada en la novela de J.G. Ballard, es precisamente en esta mimetización del hombre con la máquina cuya humanidad pareciera remitirse únicamente al instinto y al impulso por medio de la descarga sexual indiscriminada; sin embargo, Pablos profundiza en otra dimensión de dichas máquinas presentando un relato sensible que rasca en sus emociones, como en la carencia de afecto que las lleva a perderse en los caminos, y no retrata al cuerpo como grotesco provocador de terror, sino como escultura sublime digna de admiración.
#FICM2025: ‘Vainilla’, una fotografía a los equipos femeninos dentro de las familias.
A través de Vainilla, Hermosillo —otra directora millennial que se inaugura en la dirección de largometrajes con una historia personal desde la perspectiva infantil— plasma a una familia real con todas sus imperfecciones, pero jamás desde una óptica de juicio o recriminación, sino desde la más auténtica de las verdades para que el espectador se pueda encontrar a sí mismo en cualquiera de los personajes o situaciones.
#FICM2025: ‘El Diablo Fuma…’ (y el cine mexicano de los niños adultos).
El Diablo fuma (y guarda las cabezas de los cerillos quemados en la misma caja) de Ernesto Martínez Bucio llegó a Morelia precedida por el Premio a Mejor Primera Película en el Festival Internacional de Cine de Berlín, el Premio del Jurado Joven del D’A Festival de Cine de Barcelona, el Premio a Mejor Director del Festival Internacional de Cine de Hong Kong, y a ganar el Premio a Mejor Guion precisamente del Festival Internacional de Cine de Morelia, reafirmando así el ritmo al que está latiendo el verdadero corazón del cine mexicano gracias a estos niños adultos que están haciendo sus películas mientras suspiran por aquello que ya no es y lo que ya no volverá.

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