‘Arráncame La Vida’ (1985 y 2008) Amor y Ambición: Crónica de un México Post-Revolucionario.

La novela tomaría un legado como de vino tinto, un envejecimiento con cautela y precisión, los que demostrarían que la obra de Mastretta es un retrato histórico irónicamente atemporal, que nos enseña el mundo moderno con el que el México del siglo XX iría cambiando. Fue hasta septiembre del 2008, que la película vería los cines de la nación para demostrar ser una adaptación fiel, hecha con pasión y convirtiéndose en la producción nacional más cara de la historia hasta ese momento, el equivalente a 6.5 millones de dólares fueron invertidos entre la ambientación de vestuarios, carros, locaciones e interiores los cuales enriquecen cada plano del largometraje.

‘Albedríos’ (2021): Desde la entraña de la vulnerabilidad femenina.

Este mediometraje experimental, que logra mantener la esencia de su origen teatral, comienza mostrándonos el cuerpo desnudo de una mujer tirado en diversas locaciones. Cuerpo sin rostro que podría ser el tuyo, el mío, el de cualquiera de nosotras; entre campos abiertos, baldíos, basureros. Imágenes que podrían pasar por pinturas o ser fotografías de Figueroa, contraponiendo eficazmente la belleza de la forma con lo monstruoso del fondo a través de un blanco y negro que en esta puesta en cámara, y de la mano de varios recursos visuales, construye un ambiente tanto sórdido como real. Por Anahí Vargas Carbajal.

‘House: retratos desarmables’ (2011) de Sergio Loo: un gran rompecabezas.

Nunca he sido gran fan de los juegos de mesa: mi novia y mis amistades podrán afirmarlo con recelo. Entre todos los juegos de este tipo que existen, los rompecabezas tampoco me entusiasman mucho, en caso de dudarlo, preguntárselo a mi rompecabezas de Edward Hopper que no ha visto la luz en los últimos dos años. Con todo ello, House: retratos desarmables (2011), hizo posible que reconsiderara pasar mi próxima tarde armando uno. Por Gustavo Patlán.

Cine y astrología: Matrix (1999), el Zeitgeist de los noventas, el nuevo siglo y el apocalipsis tecnológico.

Es innegable que Matrix (1999) es una de esas películas icónicas, inolvidables y que han tenido un impacto indudable en las nuevas generaciones, aquí será preciso comentar la voz profética que llegan a tener algunas obras de ficción, si bien nos encontramos ante el umbral del avance tecnológico exponencial, con la llegada de las inteligencias artificiales, y la realidad distópica de Matrix parece aún desproporcionada y exagerada, valdría la pena hacer un análisis astrológico de la llegada de esta película, por lo menos, desde la perspectiva de los planetas transpersonales, cuyo avance lento, marca a generaciones completas, y su influencia es tal, que conforma lo que se entendería como el Zeitgeist, el fantasma de la época, como bien lo ha descrito Carl G. Jung. Por Aura Metzeri Altamirano Solar.

‘La otra’ (1946) de Roberto Gavaldón: Una imagen dice más que mil palabras.

La Otra (1946), es un largometraje de 98 minutos, dirigido por Roberto Gavaldón, reconocido director de la Época de Oro del cine mexicano. En la edición de los Arieles de 1946 ganó el premio a mejor guión adaptado . Este metraje se centra en la historia de unas hermanas gemelas, la cual una es millonaria y la otra no, por lo que María asesina a su hermana para suplantar su identidad. Por Alan Monjardín.

‘Juventud’ de Mori Ōgai: un coming of age en el Japón de la postguerra.

Publicada bajo el sello editorial Satori y traducida del original publicado entre marzo de 1910 y agosto de 1911 en la revista Subaru, esto según las costumbres de publicación de la época, Juventud de Mori Ogai nos presenta a Junichi Koizumi un joven provinciano de Japón que llega a Tokio con sueños de convertirse en novelista, recomendado por su profesor de francés e inspirado por las obras de occidente a las que se acercó en sus años de educación privada. Sin embargo, rápidamente se enfrentará a la realidad de los círculos intelectuales de la gran ciudad y la vida apresurada e incesante, lo que le hará cuestionarse sus ideales al punto de dejar de reconocerse a sí mismo frente al espejo. Por Sofía López Alvarado.

Cortázar: Escritor con mañas de cirujano

Escribir sobre Cortázar no es sólo pensarlo, es sentirlo, es el jazz, son los cientos de títulos que jamás leímos, los viajes, los amigos. Es imaginarlo grande, pero no sólo de tamaño sino de alma. Cualquiera que lo hubiese visto en persona hubiese sentido esa timidez que paraliza, que enmudece. Por Vero Delgadillo.

Borges, lector de grandes ligas.

‘Borges, libros y lecturas’, catálogo de apuntes y subrayados hechos por Borges antes y después de perder la visión, es una poderosa aproximación a responder el interrogante que abre esta nota. Quien lo coteje con serenidad y paciencia, dignas del autor de ‘El Aleph’, encontrará primero, por supuesto, a un Borges exquisito al momento de elegir lo que leía (muchas veces se inclinaba, por ejemplo, hacia la belleza formal del volumen o a cierta rigurosidad en las traducciones). Por Darío Rodríguez.

Crea una web o blog en WordPress.com

Subir ↑