El cine japonés es una de las industrias cinematográficas más grandes y antiguas del mundo. Su historia se remonta a 1897, cuando los hermanos Lumière importaron un cinematógrafo a Japón. Con realizadores icónicos como Akira Kurosawa, Kinuyo Tanaka y Yasujiro Ozu, el séptimo arte nipón ha englobado desde épicas samuráis hasta obras íntimas sobre familia y sociedad. En Kinema Books, tomamos algunos títulos que con su singular estética y capacidad para explorar emociones humanas y dilemas universales, siguen enriqueriendo la historia del cine.
‘Onibaba’ (1964): La Pesadilla Erótica de Kaneto Shindô
Onibaba (mujer bruja/demonio) adapta una popular leyenda oriental sobre una doncella que utiliza una máscara maldita y sólo puede quitársela a un costo muy alto: quedando desfigurada. Estamos ante una monocromática pesadilla erótica, con un elegante manejo de la cámara y de la luz, que justo brotó durante esa maravillosa etapa que se conoció como la nueva ola de cine japonés.
Astrología y cine I: Marte, el Guerrero divino y la Princesa Mononoke.
Observamos que la película transcurre en un contexto sumamente bélico, es aquí donde en esta obra maestra de Hayao Miyazaki, observamos la dualidad de Marte, mientras en la luz es representado por Ashitaka, quien no lucha innecesariamente, escoge de manera estratégica sus batallas pero no duda en tomar acción cuando se trata de defender a los inocentes, notamos un personaje imparcial que, después de ser maldecido por un dios/demonio, se ve obligado a emprender el camino del héroe, acompañado únicamente por Yakul, su fiel compañero. Por Aura Metzeri Altamirano Solar.

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