Nacido el 7 de noviembre de 1933 en el puerto de Veracruz, Don Ernesto Gómez Cruz fue uno de los actores mexicanos más prolíficos, dueño de una vasta filmografía con más de 200 películas. Ante su lamentable partida el pasado 6 de abril, nuestro homenaje es un recorrido por cinco de sus inolvidables interpretaciones. Hasta siempre, maestro.

El imperio de la fortuna (1986) – Arturo Ripstein
Por Sandra Cárdenas Quiróz
Película basada en un cuento titulado 𝘌𝘭 𝘎𝘢𝘭𝘭𝘰 𝘥𝘦 𝘖𝘳𝘰 (1980) de 𝘑𝘶𝘢𝘯 𝘙𝘶𝘭𝘧o, el guión está a cargo de Paz Alicia Garciadiego, siendo esta su primera colaboración con el reconocido director Arturo Ripstein. La película nos presenta costumbrismos arraigados a la cultura mexicana: comida, palenques, feria y esos paisajes polvorientos a los que Juan Rulfo nos tiene acostumbrados en su narrativa. Así como también se nos presentan algunos rasgos muy marcados como el machismo, alcoholismo y apuestas.
El filme nos adentra en la vida de Dionisio Pinzón (Ernesto Gómez Cruz) quien trabaja como pregonero dando avisos alrededor del pueblo. Frecuentemente asiste a las peleas de gallos que se organizan en el pueblo. Un día, mientras asiste a una de ellas, adopta a un gallo 𝘌𝘭 𝘨ü𝘦𝘳𝘰 quien iba a ser sacrificado, este es el inicio de la aventura que lo llevará a la fortuna Pero también a la degradación, el vicio y la avaricia. En uno de esos palenques conocerá a 𝘓𝘢 𝘤𝘢𝘱𝘰𝘯𝘦𝘳𝘢 (Blanca Guerra) a quien Dionisio tomará como su talismán de la suerte.
Dionisio Pinzón, fue el personaje que lo hizo acreedor del premio como mejor actor en la edición número 34 en el festival Internacional de cine en San Sebastián. Don Ernesto Gómez Cruz, quien tuvo una trayectoria artística de más de medio siglo, deja un legado amplio tras participar en innumerables personajes en más de 100 películas; vivió muchas etapas del cine mexicano aportando siempre actuaciones brillantes, intensas e inolvidables.
Enlace: https://youtu.be/Oe6ipa-BTCA?si=txsc0kmmcbUswDvd

Los caifanes (1967) – Juan Ibáñez
Por Evelyn Yobana Loya.
El pasado 06 de abril de 2024, pasó a mejor vida, uno de los más queridos y memorables actores de la industria cinematográfica mexicana, Ernesto Gómez Cruz. Reconocido por sus inolvidables papeles, lo cercano que era con los estudiantes de cine y por ser de los actores con más premios Ariel. En esta ocasión, lo recordaremos con una de las más exitosas películas mexicanas de los años 60´: Los Caifanes, del director Juan Ibáñez, con la magnífica inspiración de los paisajes que ha plasmado el director italiano Federico Fellini en sus largometrajes de la época Neorrealista Italiana.
El filme narra como una pareja enamorada de la clase alta de la Ciudad de México, Paloma y Jaime, con intención de tener un encuentro amoroso en un carro abandonado, que termina siendo de el Capitán Gato, de su banda los Caifanes, forman parte de dicho grupo y se aventuran en paseos nocturnos, conociendo, cabarets, parques, taquerías, funerarias y vecindades.
Este largometraje que tiene tatuado todo el espíritu de los 60´, el cual, el personaje de Paloma, es la encargada de llevar en alto este símbolo libertador de aquella época; al mismo tiempo, fue un parteaguas para la cinematografía mexicana, había acabado el cine de oro, las comedias rancheras, las prostitutas tercas que cambian por amor o muerte, los charros cantores y la vida pueblerina. Ahora, se nos estaba ofreciendo un cine rebelde hacia el gobierno, una nueva generación que cuestiona todo y critica la clase burguesa. Una cinta que nos hace reflexionar el ser joven y vivir el presente, ya qe es un momento nuevo, algo histórico que no se repetirá.
Es una película llena de fotografía bella de las calles de la Ciudad de México, poesía, filosofía y, sobre todo, explosión, en cuento argumento, fotografía y actuaciones. Un reflejo de lo que es ser joven -hasta cierto punto-, los jóvenes están en busca de adrenalina, cuestionan su forma de vida, ¿por qué viven así?, es el momento de pensar en su futuro, como pueden cambiarlo y apuntar al mal gobierno. Disfrutar la juventud como el pico máximo de lo irracional en acciones, el desafío a la muerte, pensando que uno puede ser inmortal y lo mas memorable cuando envejeces, al fin y al cabo, ¿Cuándo volverás a ser joven?
Enlace: https://ok.ru/video/1459849988672

Canoa (1976) – Felipe Cazals
Por Armando Navarro R.
Justo entre los minutos 93 y 94 de Canoa (1976), Lucas García (Ernesto Gómez Cruz) recibe un botellazo, después el corte brutal de un machete y el remate de una estruendosa bala en el pecho, desatándose así la barbarie. El personaje aparece pocos minutos en la obra maestra de Felipe Cazals, pero es el tiempo suficiente para una interpretación tremenda, la de un hombre generoso que abre las puertas de su casa a un grupo de jóvenes que serán linchados. Gómez Cruz entra a escena cerca del minuto 65 de metraje; los primeros planos hacen énfasis en la conversación que el campesino establece con los extraños, dándoles referencias de la situación en San Miguel Canoa, donde el siniestro cura Enrique Meza (Enrique Lucero), mueve los hilos de la comunidad.
Las antorchas se encienden y el caos comienza; los gritos rodean la sencilla covacha de Lucas y un hacha atraviesa la puerta. La pesadilla comienza aquí, con la gráfica muerte del personaje de Gómez Cruz; más adelante, en uno de los planos más tenebrosos del cine mexicano, su cuerpo yace en un charco mientras su familia llora a un lado y un borracho lanza una botella. Para Alfonso Cuarón, Canoa fue en su momento toda una revelación, atípico híbrido entre documental sociopolítico, cine de terror y reconstrucción histórica, el filme sigue maravillando en pleno 2024 gracias a su narrativa no convencional con la violenta fragmentación de tiempos y su distanciamiento Brechtiano, sacando al espectador de la emotividad, provocando reflexión.
Felipe Cazals omite el uso de música y el cinefotógrafo Alex Phillips, Jr., apenas y mueve la cámara, obligando a la audiencia a observar como testigo inerte las consecuencias de la acción de una turba enardecida, un tema, lamentablemente, muy actual en el México de hoy. Cazals falleció el 16 de octubre de 2021, pero su testamento fílmico quedará para siempre dentro de una filmografía tan cruda como sublime; Canoa es un filme necesario para entender al cine mexicano. Filmada durante cuatro semanas y media en tierras poblanas, la película ha fascinado al mundo desde su estreno en 1976, cuando se llevó el Oso de Plata en el Festival de Berlín y permaneció por más de 70 semanas en carteleras mexicanas.
Ernesto Gómez Cruz también ha partido recientemente, dejando aquí una de sus interpretaciones más icónicas; Canoa se filmó sin dudas, provocando con el tiempo una trascendencia que sigue impactando en cada fotograma. Poderoso ejercicio fílmico que lleva la tensión in crescendo hasta su aterrador clímax y esa frase inolvidable del campesino encarnado por Salvador Sánchez: “Estábamos mal, pero ahora estamos peor”. El triste y eterno resumen, de la realidad mexicana.
Enlace: https://youtu.be/u6-UaMf3cw4?si=00xo75NRMIJWjObI

El Callejón de los Milagros (1994) – Jorge Fons
Por Marisela Sánchez.
El Callejón de los Milagros es una adaptación cinematográfica de la novela homónima del escritor egipcio y ganador del Premio Nobel de Literatura Naguib Mahfuz, la novela habla sobre la complejidad de la sociedad centrando la trama en un barrio del Cairo.
Jorge Fons transporta la esencia de la obra original a un vecindario de la Ciudad de México, en donde seremos testigos de tres historias entrelazadas. La película es presentada en cuatro partes, empezando con tres historias que parten del mismo momento y los mismos hechos pero veremos cada una desde la perspectiva de su protagonista, y terminando con una cuarta historia que presenta el desenlace de nuestros protagonistas, trabajando de manera magistral el desarrollo de los personajes que van cambiando de secundarios a protagónicos en cada una de estas historias.
Tenemos tres personajes principales, interpretados maravillosamente por Ernesto Gomez Cruz, Salma Hayek y Margarita Sanz, cada uno con sus vulnerabilidades, deseos y frustraciones que a su vez comparten mismos sueños como alcanzar la felicidad o encontrar el amor.
El resto del elenco es excelente, Bruno Bichir, Maria Rojo y Luis Felipe Tovar, por mencionar algunos, se entregaron por completo en esta película que nos empapa de emociones y nos hará reflexionar sobre la complejidad de las relaciones interpersonales, mostrándonos que aunque tenemos diferencias y cada quien tiene sus propios sueños y desafíos compartimos experiencias similares y que de una u otra manera estamos conectados y que aunque muchas veces no somos conscientes nuestras acciones si pueden afectar a otras personas.
Enlace: https://youtu.be/OGuZnzYTKCY?si=d6A5vU6vs8nFRJ3S

El crimen del padre Amaro (2002) – Carlos Carrera
Por Romina Hernández.
Hace 22 años se estrenaba El crimen del padre Amaro, película basada en una obra portuguesa del mismo nombre con guion adaptado de Vicente Leñero, dirigida por Carlos Carrera, y que logró llevarse prácticamente todos los premios Ariel en 2003. Esta historia narra la llegada del Padre Amaro (Gael García Bernal) al pueblo ficticio de Los Reyes, donde comienza a descubrir los oscuros secretos del clero: concubinato, corrupción, mentiras, lazos entre la iglesia y el crimen organizado; la simbología religiosa se mezcla incómodamente con la sensualidad y la violencia.
El propio Amaro se ve inmiscuido en el lodo cuando es llamado por el obispo (Ernesto Gómez Cruz) para escribir una responsiva ante un reportaje que no sólo muestra a su maestro y padre principal del pueblo, el padre Benito (Sancho García), bautizando al hijo de un capo, sino que demuestra pruebas de que el narcotráfico ha estado lavando dinero entregándolo a la iglesia para la construcción de un hospital.
El papel de Ernesto Gómez Cruz en esta película es una crítica frontal al clero mexicano, interpretando a un obispo que hace oídos sordos y se da media vuelta ante los actos de corrupción de la iglesia, una autoridad eclesiástica que se ejerce con completa impunidad. Se muestra con todo el poder silencioso de un mandatario divino, su figura está incluso sobre la del gobernador, con quién se arregla por teléfono en un minuto para adjudicarse la mitad y mitad del dinero del narco. Pero Ernesto logró que a primera vista, su personaje pareciera un hombre digno, limpio de todo pecado y carismático, y mantuvo este aire completo de alguien que se sabe intocable y todopoderoso en su pequeño reino durante todas sus cortas apariciones.
Amaro es protegido del obispo, y las visitas con él se vuelven cada vez más importantes para entender que el joven padre no está dispuesto a renunciar a su lugar como favorito del obispo y un posible viaje a Roma para seguir estudiando cuando se enamora de Amelia (Ana Claudia Talancón) y mantiene relaciones con ella en secreto, lo que termina arrastrando a Amelia a la muerte por intentar abortar el hijo que concibieron.
La película termina sin nadie que pague las cuentas por sus crímenes, ni el narcotráfico, ni el obispo, ni Amaro. Todo se mantiene igual. Al final, el obispo es clave para demostrar que para la iglesia está la imagen pública antes que la moral, y todo es lícito mientras nadie se entere, pequeños reyes que predican a lo puritano preceptos que no siguen.
Enlace: https://ok.ru/video/4538535119384
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