Las vanguardias artísticas siempre han sido un motor de cambio, tanto en la sociedad como dentro de las comunidades artísticas de cada país. La «sexta generación» de directores chinos es un ejemplo notable de este fenómeno. Estos cineastas, graduados de la Academia de Cine de Beijing y el Instituto Central de Drama, se propusieron desafiar los cánones establecidos por la generación anterior, la célebre «quinta generación», representada por realizadores como Chen Kaige y Zhang Yimou.
La “quinta generación” como menciona Mark Cousins (2005) tiene como estilo compositivo el taoísmo chino, caracterizado por una mayor relatividad y ambigüedad. Estos elementos enriquecieron las estructuras fílmicas y las alejaron de la centralidad de la figura humana enfocándose en la complejidad de ideas que representa aunar “lo mejor de la tradición y la modernidad”.

Es en este contexto que la “sexta generación” comenzó a emerger después de los eventos de la Plaza de Tiananmén en 1989 con un estilo más personal y realista. A raíz de los profundos cambios que dejaba el modelo “capitalista chino” en la sociedad y la vida urbana los directores de la sexta generación se preocuparon por representar la alienación en la China contemporánea. Cámara en mano, con modelos de producción independiente y actores no profesionales salieron a las ciudades que se industrializaban a gran velocidad y que parecían dejar su humanidad atrás.
“Si algún día te dejo…. ¿me buscarías?”
Una pregunta cargada de emociones es la que nos revela de qué va esta historia a orillas del río Suzhou: “Marda se enamora de una joven llamada Moudan. Cuando la pierde en un intento de secuestro que sale mal, ella parece desaparecer en el río para siempre… hasta que conoce a MeiMei, una mujer que baila en un club nocturno y que resulta ser exactamente igual que Moudan”. (MUBI)
“Las cámaras no mienten”
Extraño paralelismo entre la sociedad de control que vive China actualmente y una de las frases con las que comienza el filme de Lou Ye. Sin embargo, la cámara de Ye muestra lo que no se quiere ver, lo que debería permanecer oculto y que es el anverso de un autoproclamado progreso consecuencia del avance económico y tecnológico. En los primeros planos del filme observamos, cámara en mano, el río contaminado, embarcaciones que vienen y van, basura por los rincones, edificios a medio construir y extraños que miran a la cámara, tal vez sorprendidos, extrañados o incluso indiferentes de que alguien los registre en video.
“Si lo observas el tiempo suficiente, el río te lo mostrará todo.”
Incluso la soledad. Los planos de Ye en parte subjetivos y en parte muy cercanos al documental nos revelan la soledad que enmarca a los protagonistas y que los encuentra indefensos ante una realidad que los supera y que los enmarca dentro de las estructuras que demanda su contexto. La bailarina exótica MeiMei o el criminal Marda son meras narrativas que los personajes se cuentan a sí mismos para poder sobrevivir dentro del marco fantasmático que da forma a sus deseos.

Del mismo modo en que la película de Lou Ye fue prohibida por un gran Otro (del gobierno Chino) e incluso se le castigó dos años sin poder filmar; sus personajes como los interpretados por James James Stewart y Kim Novak en Vértigo de Hitchcock están alineados a un otro que los hace articular su deseo y mantener una imagen de sí mismos, que vista desde fuera no pareciera del todo coherente. El director establece los paralelos entre el canto o la imagen de una sirena con la narrativa de amor imposible a la que los personajes se aferran con tanta fuerza, como un llamado, una melodía que inevitablemente lleva a la muerte.
“… porque nada dura para siempre.”
De 1992 a 1997 el gobierno Chino impulsó el saneamiento del río Suzhou y hoy en día es un modelo de gestión ambiental urbana. Así como el deseo de cualquier sujeto el río siempre fluye hacia adelante, sin detenerse ni un momento.
Suzhou River fue filmada originalmente en 16mm y actualmente se puede ver una versión restaurada en 2K a través de MUBI.
Recomendaciones:
- Saturday Fiction, Lou Ye. 2019.
- Vertigo, Alfred Hitchcock. 1958.
- Tierra Amarilla, Chen Kaige. 1984.
- Artículo: Volver a ‘SUZHOU RIVER’, una conversación con Lou Ye.
Bardo Gabriel Martínez es originario de San Luis Potosi y residente del Estado de México. Diseñador de Iluminación y Tipo Ind-Out. Admirador de Kieślowski y Cronenberg. Adepto de Lacan y sus derivados.
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