A 27 años del estreno de Gattaca (1997), y siguiendo la línea del artículo anterior, donde analizamos otra película escrita por Andrew Niccol, Truman Show, hablaremos el día de hoy sobre la advertencia puesta en esta cinta.
Gattaca, un trabajo sin duda memorable, está enfocado en un “futuro no muy lejano” , retrata la realidad de Vincent, un hombre que ha nacido fuera del paradigma establecido. Los bebés son “diseñados” para alcanzar su máximo potencial, se escogen los óvulos fertilizados con mayor porcentaje de probabilidad para alcanzar el éxito social, descartando el azar como opción para los hijos. Los padres de Vincent, no obstante, deciden tenerlo sin intervención genetista, al inicio de la película, se nos presenta un panorama muy desgarrador, un bebé con altos índices de desarrollar diversos padecimientos, el pronóstico más terrible: Tiene una esperanza de vida de 30.2 años, debido a un muy probable problema cardiaco, un 99% de probabilidad nos da a entender que nuestro personaje principal, tendrá que buscar su realización en el ínfimo 1% .

Vincent crece de la mano con su hermano, Anton, quien ha sido seleccionado genéticamente como un nuevo ser puesto en la norma social. Superado en diversas ocasiones por éste, Vincent crece a la sombra de su hermano.
Hemos analizado antes, el panorama astrológico de películas como Matrix (1999) , donde las temáticas tecnológicas toman poder. No es poca cosa observar que Urano, planeta asociado a los descubrimientos, a aquél príncipe Ganímedes, quien quiso dar las aguas divinas a sus congéneres, se encuentra en los primeros grados de Acuario, su signo natural, con la salida de estos filmes.
Exploranado más a profundidad el mito de la constelación Acuario, nos encontramos con un personaje inusual, el ya mencionado príncipe Ganímedes, quien, después de enamorar a Zeus se convierte en el copero de los dioses y ve desde la lejanía del monte Olimpo, a sus congéneres sufrir por falta de lluvia, interviene entonces por ellos para derramar sobre la humanidad el agua del conocimiento. Podríamos equiparar esta instancia, este impulso humano, con el arcano mayor XVI, La Estrella, donde una mujer, vierte el agua del conocimiento en dos jarras, regresa una al manantial y vierte una en la tierra para regar los futuros frutos del ser humano. Este arquetipo, bien direccionado, ha llevado al ser humano a proteger su libertad, autenticidad y expresa el amor por el conocimiento. Puede expresar la tecnología al servicio de la humanidad, una capacidad para direccionar las ideas de la ciencia hacia un verdadero progreso. Si se le deja fluir sin conciencia, actúa como un desarrollo enfermizo y desenfrenado, un deseo enfermo por destacar entre los otros, aplastando los valores humanos de la libertad y la autenticidad.

Hay una advertencia oscura en estas cintas, la combinación máquina/ humano, superpone una realidad peligrosa, pues hemos ido perdiendo terreno a lo largo del tiempo, el humano ya no es más artesano, en muchos casos, ha sido delegado a simple consumidor. Una de las preguntas más interesantes que nos plantea la cinta es la de, ¿Dónde reside exactamente la capacidad de tener éxito? .
Vincent, un “No válido”, como será referido de manera constante en la historia, tiene el sueño de ir al espacio. Es rechazado múltiples veces por su supuesta falta de capacidad basada en la genética. En diversas escenas, se nos da idea de su lucha interna, su espíritu indomable y las circunstancias que, paso a paso, lo llevaron a cumplir sus sueños.
Hay una analogía del poder de la libertad humana, en escenas de su infancia, Vincent compite con su hermano, para ver quien nada más lejos de la costa, continuamente pierde, sin embargo, en una ocasión logra superarlo e incluso salva a Anton de ahogarse. La determinación puede valer más que las condiciones genéticas preestablecidas.
En el componente orgánico, existen capacidades importantes, la inteligencia detrás de nuestra biología conlleva una gran plasticidad, retratando las capacidades humanas de cambio, transformación y en última instancia, refinamiento del ser. La epigenética propone que el ser humano, o su ambiente, puedan modificar la expresión de los genes, gracias a sus hábitos, es así que Vincent, por medio de entrenamientos, lecturas y esfuerzos dirigidos hacia su mejora, se va convirtiendo lentamente en lo que desea ser. Es ahí donde la Ley natural, es decir, el libre albedrío del ser vivo, es capaz de modificarse a sí mismo de manera real y contundente, superando su esperanza de vida y formando parte de la élite espacial.
Otro personaje entra en la escena, mientras Vincent trabaja como conserje en Gattaca, una estación aeroespacial, Jerome, un nadador olímpico que ha quedado paralizado, le ofrece su material genético para utilizar su identidad y así, Vincent poderse convertir en astronauta, a cambio, Vincent le dará parte de la ganancia para mantenerlo en el estilo de vida al que está acostumbrado.
El cambio de identidad se produce, aún cuando Vincen/ Jerome, cumple con todas las aptitudes para el trabajo que realiza, se ve sometido a un sistema de seguridad que diariamente revisa su identidad. Una sociedad en hipervigilancia asegura que tan solo los “Más aptos” genéticamente se desempeñen en puestos importantes, se superponen los valores matemáticos de la materia sobre las verdaderas capacidades.

Es así que la película genera una crítica hacia el materialismo extremo. Recordando que Urano, en una manifestación positiva, pone de manifiesto el servicio que la tecnología provee al humano, es decir, el servicio que la materia inorgánica, pero inteligente, debe prestar a la acción intencionada del ser orgánico. Otras manifestaciones de este orden, es decir, el ser orgánico, sirviendo a los números y determinaciones dadas por aquél ser inorgánico, trastornan el objetivo acuariano, vuelven el área de la libertad humana un campo minado y lleno de limitaciones para quienes no cumplan con los estándares provistos por la materia inorgánica, más allá, condenan a aquello “aptos” a lograr altos objetivos, imponiendo cargas y retos que superar.
Vincent, de manera constante, estará tallando su piel, cortando el pelo y asegurando poder dejar la cantidad mínima de su propio rastro orgánico . Diversas modificaciones son necesarias para impersonar a Jerome, una cirugía para aumentar su estatura, el uso de lentillas y demás operaciones son hechas, dejando su vieja identidad relegada al secreto.
La pérdida del sí mismo surge como un peligro con una sociedad hiper tecnologizada, donde cada sujeto es pesado en sus capacidades de forma milimétrica, la privacidad ha pasado a ser una vieja cuestión , sacrificada en pos del “avance” de la humanidad. Pero es indispensable razonar, ¿para quién funge realmente aquél avance? .
Otro lado de la crítica surge. En la narrativa, el verdadero Jerome confiesa que el accidente automovilístico que lo llevó a la parálisis fue autoprovocado. La presión de perfección, impuesta por el código genético, le lleva a un grado importante de autodesprecio, cuando en las olimpiadas gana el segundo lugar en vez del primero. He aquí que surge la ventaja como una obligación antes que un don bendito. El humano cuya historia ya está escrita, cuenta con una cantidad minimizada de libertad. La fijeza es un carácter duro que limita de manera considerable al campo de acción humano.
En la cinta, el conflicto surge cuando,a pocos días del lanzamiento de Vincent/Jerome hacia el espacio, se encuentra asesinado a uno de los directores, esto llevará a la policía, entre sus agentes, Anton, el hermano de nuestro protagonista, a un juego de persecución donde, la muestra genética accidental de Vincent se ha colado en la escena.
A partir de este punto, disfrutaremos de distintas escenas llenas de tensión, cuando se une a la escena Irene, una mujer que a pesar de ser muy apta para su trabajo en Gattaca, cuenta con una condición cardiaca, aquella sospecha la verdad detrás de la identidad de Jerome/ Vincent, con quien desarolla un vínculo. Así mismo, notamos que Anton, el hermano de Jerome/ Vincent, le persigue como detective , sospechando la verdad sobre su identidad de “no válido” y creyéndolo perpetrador del asesinato.
La cinta entera es una crítica y una advertencia, Urano en Acuario ha puesto de manifiesto el enorme campo de crecimiento de las computadoras, asentó las bases para la inteligencia artificial y creó una red de información enorme, que actualmente, contiene muy buena parte de nuestros datos personales. En “aquél futuro no muy lejano” , la esencia humana cae en estándares materiales, olvidando la mutabilidad que puede tener un ser cuando determinado, toma las condiciones dadas por el azar y las transforma por su propia mano, por su propia esencia y libertad.
Existe algo de estructural en el ser humano, una fuerza que no puede ser replicada bajo las maravillas científicas, rendir aquella capacidad a las máquinas y a la tecnología, implica rendir lo humano al materialismo. Existen autores tales, como Rudolph Steiner, que ya nos han advertido de estos peligros, creando una bestia informática que pueda reducir nuestras posibilidades en función de estándares supuestamente perfectos, pero que no garantizan de ninguna forma, la felicidad y realización humana. “No hay un gen para el éxito” , menciona el Jerome auténtico, expresando que aquella realización tan solo se logra en una psique bien trabajada, basada en la fuerza de voluntad.
Si bien no estamos aún en un futuro eugenista, el nuevo uso de la inteligencia artificial, los intentos fallidos del turismo espacial, la implementación cuasi global de datos biométricos para distintas instituciones y los ecos de pruebas biológicas exigidas en eventos pasados mundiales (no hace falta referirlos de manera directa) , existen diversos eventos predichos por los oráculos modernos: Los escritores de ciencia ficción, que nos hacen preguntarnos, ¿Qué alcance tiene la visualización humana? , ¿Estaban observando un futuro distópico y posible de manera conciente o fue una profecía accidental? . Antes que solo especular, es necesario hacer crítica a nuestra relación con los nuevos sistemas informáticos y lo que consideremos el “avance” humano, pues en nombre de un supuesto avance, también se han aplastado en el pasado culturas y subjetividades.
Dejando en claro el paralelismo con la realidad actual, considero indispensable dejar esta reflexión: ¿Hacia dónde nos dirigimos con el avance tecnológico? , ¿No estaremos ofrendando una de las últimas trincheras humanas, al avance de un alma fría y que poco sabe de los dramáticos cambios y decisiones del ser humano por mejorarse, desde el interior? , ¿A quién servimos cuando hacemos las cosas en medida del llamado “progreso”? .
Aura Metzeri Altamirano Solar es estudiante eterna del arte de la vida. Se especializa en astrología y filosofía hermética. Nacida en México, hija de dos patrias y ciudadana del mundo. Amante de los libros, la astrología, el arte y los animales, disfruta mucho de estudiar y pasar un buen tiempo en la naturaleza. Puedes seguirla en Instagram y escuchar el podcast ‘La pluma del Chamán’ aquí.
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