La supervivencia y la pasión salvaje: ‘Cómo cazar al tigre’ de Said Ramírez.

Por Roberto Vudoyra.

La imaginación no tiene límites y sumando a este proceso el poder de las letras, se permite construir cualquier historia que uno quiera. Said Ramírez aprovecha este recurso para llevarnos profundo a la selva densa de la región amazónica del Ecuador. Las descripciones que hace el autor pintan de manera natural un espacio real que sumerge al lector en la vida común de El Responso y permite ver a los habitantes de la comunidad. Verlos y conocer uno de sus más grandes miedos.

El espacio melancólico del ambiente que hay encima de El Responso no se limita a ese espacio, también entra y florece dentro de los personajes que sufren esta constante agonía al tener que enfrentarse a la fauna común del espacio donde viven. Una lucha persistente por la dominación de la tierra o la vida sobre esta. Serpientes, cocodrilos, tigres acechan todos los días a los habitantes de El Responso y ellos se tienen que proteger.

El autor Said Ramírez

Los textos breves, aunque no siempre, suelen recaer en ese punto de inflexión. Donde nos retrata una vida de miedo constante al exterior y de supervivencia a lo salvaje y a lo animal. Cosa que crece dentro de los personajes y los lleva a otros límites: los quiebra en sus relaciones interpersonales o los impulsa a trabajar juntos. Este es el juego que lo salvaje hace en los habitantes de El Responso. Los avienta de un lado a otro, los junta y luego los incita a sacar su propio lado salvaje; la pasión que hierve dentro de ellos no es normal, parece paradisiaca, selvática.

Cómo cazar al tigre es un conjunto de textos que sumerge al lector dentro del mundo exterior desconocido y oscuro. Personalmente creo que yo no podría sobrevivir en El Responso, me la pasaría encerrado en mi casa. Este libro me ha empujado a ver otra realidad, la del enfrentamiento. Ha sido complicado, pero extremadamente estimulante. Sentir otros detalles, pensar con un poco de magia; ver puntos comunes dentro de este cuestionamiento que suele hacer la literatura sobre lo humano. La supervivencia. El tener que levantarse y (a veces) tomar venganza sobre los que se han querido aprovechar de nosotros. O solamente tener en la mano la escopeta “por si acaso”.

La idea del tigre puede trasponerse para comprenderla desde otra manera, más allá del animal que te acecha y pensarlo como este movimiento que la vida suele procurar encima de cualquier persona en la tierra. Empujarte a lo desconocido, enfrentarte a los miedos, pelear con la frente en alto sin pensar en consecuencias, en hacer algo para ganar o en perder, ciertamente eso no importa. Pienso que es más que nada eso: enfrentamiento.

El libro no se hace pesado en sus descripciones ni en la extensión del texto, son como pequeñas imágenes expuestas en las paredes de un museo. Pequeñas fotografías a las que se les pone encima un reflector, y están situadas una al lado de la otra, y cada una contiene esa pequeña historia a veces de supervivencia, otras de pasión y amor, otras de simplemente retrato criminal. Ver estas escenas jamás es impactante para el corazón, evoca más que nada un sentido de curiosidad, de comprensión profunda dentro de los personajes.

Foto: Instagram

Comprensión que es fácil de discernir. Su guerra contra la naturaleza jamás viene desde el odio u otro sentimiento que podamos considerar negativo. Es más que nada un asunto de respeto. Yo, habitante del El Responso tengo que existir en conjunto con estos animales que, en cualquier oportunidad van a saltar para comerme. Así como yo les tengo respeto, ellos también lo tendrán conmigo, pues saben que me puedo defender. Acariciar a una boa y tratarla como perrito, no es algo imposible a la primera, pero algo que le ha sucedido al alcalde de El Responso cuando el animal decidió entrar en un estado de sumisión.

Este es el juego que hace el conjunto de elementos dentro de Cómo cazar al tigre de Said Ramírez. Jamás una parte tiene un peso encima del otro, se van balanceando mutuamente. Van saltando y lanzándose la pelota por turnos. Cosa que nos permite conocer un lado más profundo de los personajes, su pasión salvaje utilizada para sobrevivir.  


Roberto Vudoyra es completo apasionado del cine, la literatura y la música. Estudió Música Popular Contemporánea. Toca el bajo eléctrico. Lleva, con mucho entusiasmo, una pequeña carrera literaria fomentada por la auto-publicación. También ha tomado cursos de cine documental, análisis cinematográfico y guion. Espíritu invencible.


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