Verano es una época calurosa, marcada por los tonos llamativos que pintan a los trajes de baño (en su mayoría fosforescentes) y los helados que se derriten en nuestras manos. Verano significa playa, diversión, días cortos y noches largas, una estación a la cual le han escrito películas y canciones sobre amores que suceden en ese período del año pero destinadas a ser solo algo pasajero marcándonos de por vida. En un acto poético de despedida al verano y a lo que pudo haber sido pero no fue, la Cineteca Nacional realizó la proyección de Robot Dreams (2023), haciendo homenaje a tan dichoso 21 de septiembre que canta “Earth, Wind And Fire” en “September”, canción que escuchamos en la película.
El filme dirigido por Pablo Berger y ganador del premio Goya a Mejor Película de Animación nos cuenta la historia de un perro que vive de forma solitaria en Manhattan, cuya forma de lidiar con ese sentimiento lo lleva a comprar un robot y así tener algo de compañía. Por razones del destino un incidente los obliga a separarse después de una racha de buenos momentos siendo aquí el punto donde la historia de amistad se torna en una lección de que la vida sigue su curso, tenemos aprender a soltar para seguir adelante y quedarnos en paz con los buenos recuerdos.
Durante su estreno en 2023 la conversación en redes sociales volvió controversial a la película por la pregunta ¿el personaje del perro es el verdadero villano? En una forma de sentirse identificados con los protagonistas se tomaban posturas sobre que personas eran el perro, otros eran el robot, quienes si hubieran regresado a la playa y que hubieran hecho distinto. Lo que nos deja el filme es que no podemos crucificar a las personas por cambiar y continuar. A pesar de que tenemos ensoñaciones sobre regresar a lo conocido, aferrarnos a lo que nos hacía feliz debemos recordar que las cosas nunca se mantienen igual, así como un día podemos estar bailando September al otro tendremos que decir adiós. Lo desconocido es aterrador y hasta peligroso, como el personaje del perro tratando de aprender a esquiar, pero es diferente y nuevo, hasta disfrutable, como el protagonista pescando con una conocida o resignificando la playa con su nuevo amigo robot. A veces nuestra mente nos llevará de nuevo a los recuerdos felices, buscando regresar ahí y sostenerlo una vez más, al igual que perro buscando en la calle con la mirada al robot cuando suena su canción, pero lo que nos dará tranquilidad es pensar que así es la vida y tuvimos la fortuna de coincidir por un momento.
Robot Dreams es un retrato animado de 95 minutos que nos deja pensando y rememorando todas aquellas personas con las cuales tuvimos una conexión a lo largo de nuestro paso por esta realidad, pensando en los probables desenlaces que pudieron haber ocurrido, descifrando quienes eran que personaje y quien sabe, preguntándonos si ellos también recuerdan ese 21 de septiembre.
Descubre más desde Kinema Books
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.
