Por Anahí Vargas Carbajal
»La familia como el origen de nuestros problemas… hasta en el nombre de Dios”.
Ustedes no saben cuánto efervesce mi alma en gozo cada que me topo con una buena película de terror que además me hace pasar un muy buen rato. En el caso de La Bruja, a la que llegué 5 años tarde, independientemente del género al que pertenezca termina siendo esto: una buena película. Bien realizada. Afortunadamente pertenece al género del tan menospreciado horror.
La creación extraordinaria de una atmósfera siniestra dentro de su propia mesura gracias a la fotografía de Jarin Blaschke y la musicalización de Mark Korven sirve como escenario para la historia de una familia en la que el miedo es infundido a través de Dios, el pecado y la culpa. Una familia cuyo silencio grita los problemas de los que se privan a hablar por temor al castigo. Si hacemos un paralelismo con la gran Hereditary de Ari Aster, vemos como estos dos cineastas colocan la verdadera génesis del terror en un mismo elemento: la familia.
La familia como el origen de nuestros miedos desde la Nueva Inglaterra de 1630 hasta Utah en 2018 y el final de los tiempos. Esta familia mantiene el minimalismo de la película con siete muy buenos miembros encabezados por la entonces-futura-estrella-con-justa-razón Anya Taylor Joy pero en donde destaca el tremendo trabajo de Harvey Scrimshaw como Caleb, dando una de las escenas más escalofriantes que yo haya visto en el cine de terror de los últimos tiempos con la madurez de un actor de toda la vida.
Como lo mencioné, Robert Eggers es el primero de la nueva triada de cineastas del terror surgida en los últimos años conformada por él, Ari Aster y Jordan Peele, cuya dupla de películas termino de ver. Entre The Lighthouse y The Witch, Eggers demuestra una clara versatilidad en la realización cinematográfica en estilo y forma manteniendo unidas sus dos obras por un fondo en común: la insanidad mental propiciada por lugares aislados que, en el caso de su ópera prima, no puede contra una fuerza maligna tan oscura, profunda y densa como el mismo bosque que los rodea.
Una gloria.
P.D. Aster y Eggers se comen al queda-bien de Peele.
Twitter: @justanahi
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