23 años de ‘Jeepers Creepers’: el verdadero horror detrás de la película.

Por Anahi Vargas Carbajal.

‘‘Cada 23 primaveras, durante 23 días, sale a comer. Solo come ciertas cosas de ciertas personas; come pulmones para poder respirar y ojos para poder ver. Todo lo que come se vuelve una parte él. Se viste como un hombre, pero solo para ocultar que no lo es […] necesita asustarlos porque hay algo en el miedo que puede oler, que le dice si hay algo dentro de alguien que le pueda gustar’’.

Jeepers…

Dos jóvenes hermanos emprenden un viaje de regreso a casa por una carretera que guarda la tenebrosa leyenda de una pareja asesinada años atrás después de su baile de graduación. Trish y Darry Jenner son personificados por Gina Philips, quien se convertiría en una de las final girls más queridas de la generación millennial, y Justin Long, quien resultaría todo un horror king a futuro con películas como Drag Me to Hell, (2009, dir. Sam Raimi), After Life (2009, dir. Agnieszka Wojtowicz-Vosloo), la perturbadora Tusk (2014) y su spin-off Yoga Horses (2016) de Kevin Smith, Barbarian (2022, dir. Zach Cregger), Dear David (2023, dir. John McPhail), It’s a Wonderful Knife (2023, dir. Tyler MacIntyre) e incluso un cameo en Jeepers Creepers 2 (2003, dir. Victor Salva), secuela directa de esta película. Ambos actores interpretan con éxito una relación fraternal lúdica y envidiable para el espectador en lo que en un principio parece un divertido viaje en carretera, pero que pronto se volvería una pesadilla de acecho y supervivencia.

Jeepers Creepers es una road-movie de terror dirigida por Victor Salva y producida por uno de los nombres más pesados de la industria cinematográfica del mundo y quizás de la historia: Francis Ford Coppola. La película se estrenó el 31 de agosto del 2001 en Estados Unidos con gran éxito en taquilla y crítica en el continente americano, convirtiéndose en un clásico de culto popular a nivel mundial hasta la fecha.

El viaje se ve súbitamente interrumpido por un lúgubre camión que los ataca por detrás sin aparente razón para después seguir con su apresurado camino, pero para la mala fortuna de los hermanos Jenner, poco tiempo después vuelven a dar con el mismo camión de enigmático chofer quien está depositando lo que parecen ser cuerpos humanos envueltos en sábanas ensangrentadas al subterráneo de una vieja iglesia abandonada a la orilla de la carretera.

La expresión ‘‘Jeepers Creepers!’’ que da título a la película es un eufemismo que hace alusión a la exclamación ‘‘Jesus Christ!’’ (‘‘¡Jesucristo!’’) para indicar sorpresa, exaltación o miedo. Asimismo, la película hace uso de la canción nominada al Oscar del mismo título compuesta por Harry Warren y Johnny Mercer, e interpretada por Louis Armstrong en 1938 para la película Going Places, en este caso reinterpretada por Paul Whiteman and his Swing Wing, como el leitmotiv que le hace saber a los personajes que están siendo acechados mortalmente por The Creeper (Jonathan Breck) y que es momento de correr lo más rápido que puedan.

La curiosidad es más fuerte que el instinto de supervivencia en el caso de Darry, por lo que ambos hermanos investigan qué es lo que hay en ese lugar únicamente para descubrir ‘‘La Casa del Dolor’’ de un ente sanguinario de figura humanoide que no se sabe a ciencia cierta qué es ni siquiera en el imaginario de su creador. Un escabroso mundo subterráneo de cadáveres empotrados y leyendas confirmadas descrito por los ojos del mismo Darry como ‘‘una versión psicópata de la Capilla Sixtina’’; ojos que se convertirían en el objeto del deseo de la Criatura y por lo que comenzaría una sangrienta cacería para poder seguir alimentándose.

Hay varios elementos destacables durante los 90 minutos de duración de Jeepers Creepers, siendo el principal el trabajo de fotografía a manos de Don E. FauntLeRoy que crea una atmosfera que viste a la imagen con un estilo vintage que desde el 2001 nos hacía sentir que estábamos viendo una película vieja, un clásico. El diseño tanto de producción como de la Criatura misma mantienen un ambiente de tensión de inicio a fin, desde que no podemos descifrar con claridad quién está bajo esa gabardina vieja hasta que nos sumergimos con Darry a ese siniestro taller de un artista que disfruta de jugar con los cuerpos de sus victimas para decorar su guarida y vestirse a sí mismo. Evidentemente Salva tuvo la virtud de aprovechar los recursos con los que contaba y el claro talento e ingenio que tiene para la creación del terror y suspenso en sus historias desde su debut a finales de los años 80, así como la escuela aprendida de quien desde entonces fungiría como su ‘‘padrino’’ personal, Francis Ford Coppola.

Creepers…

Victor Ronald Salva, nacido en California y fanático de los monstruos de la Universal desde niño, fue expulsado de un hogar lleno de abuso conformado por su madre, su padrastro y su hermano menor cuando tenía 18 años. Su padre biológico los abandonó cuando era niño.

Diez años después, en 1986, Salva realizó su primer cortometraje titulado Something in the Basement y desde entonces fue que llamó la atención de Francis Ford Coppola, quien años después tras una muestra en Sundance de Clownhouse, primer largometraje de Salva, lo ayudaría a financiar la película incluso facilitándole el uso de las cámaras que había utilizado George Lucas para la realización de American Grafitti en 1973.

Un creep es definido como una persona que provoca incomodidad o sensaciones poco placenteras a los que se encuentran a su alrededor. Alguien que observa, acecha o hasta acosa con intenciones y comentarios, mayormente elogios, poco sinceros y movimientos atemorizantes que pueden ser sutiles pero constantes.

Para Clownhouse (1989), una película en la que tres niños son acechados por unos criminales disfrazados de payasos y desde la cual se manifestaría una constante de chicos adolescentes siendo hostigados en sus películas, Salva contó con el debut actoral de Sam Rockwell y con Nathan Forrest Winters como protagonista, quien también había participado en el primer cortometraje del director.  Victor venía arropado por grandes nombres de la industria cinematográfica y pintaba para formar una carrera fructífera dentro del género de horror y posiblemente más allá, pero fue durante la realización de esta película que cometió un atroz crimen en contra de su protagonista.

En una entrevista para Sky News, un adulto ya retirado del medio Nathan Forrest Winters declaró cómo fue que Salva se fue ganando su confianza y la de sus padres al grado de convertirse en la persona a la que el entonces niño de 12 años recurría ante cualquier situación. Winters lo llamó grooming, lo cual se define como la práctica ejercida por un adulto para establecer un vínculo de confianza con un menor de edad con fines sexuales. Nathan comentó que todo fue en escalada, desde el generarle confianza a un niño hasta convertir todo en temas sexuales.

Victor Salva, de 29 años, abusó sexualmente de Nathan Forrest Winters, de 12 años, durante la producción de Clownhouse y filmó dicho acto. El director se declaró culpable de haber practicado y recibido sexo oral por parte de Winters y también recibió cargos por conducta lasciva y posesión de material de abuso sexual infantil. Salva recibió una condena de 3 años en prisión de los cuales únicamente cumplió 15 meses antes de ser puesto en libertad por buena conducta y quedar registrado como un agresor sexual.

‘‘Cometí un terrible error, uno del que me voy a arrepentir el resto de mi vida […] me declaré culpable por un terrible crimen y he pasado el resto de mi vida tratando de compensarlo. He estado involucrado en ayudar a otros, he ido a terapia, y he hecho películas. Pero he pagado mi deuda a la sociedad y me disculpé con el muchacho. Lo único que puedo esperar es que la gente me de la oportunidad de redimirme’’, comentó un Victor Salva al que ni Disney ni Coppola le dieron la espalda tras el crimen cometido ya que, durante sus malos ratos al salir de la cárcel, Coppola le dio $5000 dólares para poder vivir mientras encontraba trabajo el cual llegaría financiado por Disney con la película Powder en 1995 para que el dirigiera y escribiera. Después de dos películas más, The Nature of the Beast (1995) y Rites of Passage (1999), Coppola volvería a interceder por su amigo con la MGM y su renuencia a contratarlo para escribir y dirigir la película que lo encarreraría nuevamente en el cine: Jeepers Creepers. Por su parte, Nathan Forrest Winters, quien organizó protestas en las proyecciones de Powder para exponer su caso, ha comentado: ‘‘Él ha sido completamente protegido por ciertos miembros de Hollywood. Parece que existe un club exclusivo y Victor es parte de el’’.

Aunque la carrera de Victor Salva nunca punto repuntar con el éxito que se le vislumbraba en un inicio, el director siguió trabajando en las dos secuelas de esta película así como en Peaceful Warrior (2006) y Rosewood Lane (2011), entre otras. Nathan Forrest Winters no quiso saber nada más del medio y se retiró. Hoy se cumplen 23 años desde el estreno de Jeepers Creepers y habrá que tener cuidado.

Fuentes:

https://www.latimes.com/archives/la-xpm-2006-jun-11-ca-salva11-story.html

https://www.indiewire.com/features/general/fathom-events-jeepers-creepers-3-victor-salva-child-sex-abuse-1202172930/


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