Materialistas (2025): amor en tiempos de capitalismo

Celine Song es una directora coreano-canadiense que me deslumbró el 2023 con la delicadeza de Past Lives, un poema visual sobre el destino y la paciencia. Este año vuelve a la pantalla grande con Materialistas que no es solo una comedia romántica; sino una sátira que desnuda las transacciones invisibles que ocurren en las citas modernas: los likes, los “matchs”, cenas caras, regalos estratégicos, hasta qué punto nos enamoramos de la persona, o del estatus que representa o de lo que nos aporta en términos de valor.

Materialistas es una cita a ciegas con el capitalismo, el amor y el dilema existencial de si vale la pena elegir al hombre que te lleva a cenar a un restaurante con estrella Michelin o al que te lleva a un parque a comer pizza fría. Dakota Johnson es la casamentera Lucy, atrapada entre el millonario Harry (Pedro Pascal) y el actor eternamente emergente John (Chris Evans); y aunque la química entre los personajes no siempre hace “clic” —quizás porque el amor no es tan predecible como un algoritmo— la película no pierde el ritmo y logra un equilibrio perfecto entre crítica y comedia ligera, ideal para una noche en que quieres reírte de tus propias desilusiones amorosas sin perder la esperanza.

Lucy, en su búsqueda por encontrar el amor verdadero para otros, se ve atrapada en este triángulo amoroso que cuestiona si el amor puede sobrevivir en un mundo donde todo tiene un precio. Celine Song no es superficial (si uno es un observador atento) porque explora cómo las relaciones se han convertido en transacciones, donde el valor de una persona se mide en términos de éxito económico y estatus social. Es una reflexión mordaz sobre cómo el capitalismo se ha infiltrado incluso en los aspectos más íntimos de nuestras vidas.

La película se presenta como una mezcla rara de El diablo viste a la moda y Parasite; y a ratos como ese meme que te hace reír cuando te señala la verdad incómoda: en la era de Tinder y los likes, el amor es una transacción con factura y sin garantía de devolución, o como dice Lucy, no hay nada más sexy que un hombre que extiende la tarjeta para pagar sin ni siquiera mirar la cuenta.