Especial: Películas navideñas 2023

El brillo de la navidad toca irremediablemente al séptimo arte. Grandes clásicos, adaptaciones y animación en el especial del mes, donde nuestras colaboradoras escriben sobre sus películas navideñas favoritas.

It’s a wonderful life (1946) – Frank Capra

Por Sandra Cárdenas Quiróz.

Es una película estadounidense del año 1946, y basada en el cuento de 𝑇ℎ𝑒 𝐺𝑟𝑒𝑎𝑡𝑒𝑠𝑡 𝐺𝑖𝑓𝑡, escrito por Philip Van Doren Stern (1943) que a su vez se basa libremente en la novela de Charles Dickens 𝐶𝑢𝑒𝑛𝑡𝑜 𝑑𝑒 𝑁𝑎𝑣𝑖𝑑𝑎𝑑 (1843). Dirigida por Frank Capra y protagonizada por Dona Reed (Mary Hatch) y James Stewart (George Bailey) quien interpreta a un hombre generoso, que renuncia a sus sueños personales para convertirse en un hombre de familia y estar al servicio de la comunidad de 𝐵𝑒𝑑𝑓𝑜𝑟𝑑 𝐹𝑎𝑙𝑙𝑠.

A través de flashbacks, se nos muestra lo que ha sido la vida de George y las razones por las cuales se encuentra en una terrible crisis existencial. Es en la víspera de Navidad, cuando George Bailey toma una decisión, dónde lo acompañaremos a un viaje en el cuál descubrirá la importancia que tiene para tanta gente que él exista. 𝐈𝐭’𝐬 𝐚 𝐁𝐞𝐚𝐮𝐭𝐢𝐟𝐮𝐥 𝐋𝐢𝐟𝐞 tiene todo: drama, aventura, comedia, romance y fantasía; este último elemento, introducido con tal naturalidad que cuando vemos la película no caemos en la tentación de decir: ¡eso es imposible!, sino que está tan genialmente escrita y narrada que no queda otro camino que el propuesto por el gran Capra.

Una película Ideal para ver en familia y pasar un momento muy agradable, este es uno de esos filmes que cumple su objetivo: entretener y ¿por qué no? también invita a reflexionar sobre el sentido de nuestras vidas, y la razón por la cual estamos aquí y notar que hasta el más mínimo de nuestros actos, tendrá alguna repercusión en otras personas, para bien o para mal. Personalmente me quedo con la última frase de esta maravillosa película: 𝑅𝑒𝑐𝑢𝑒𝑟𝑑𝑎… 𝑛𝑖𝑛𝑔𝑢‌𝑛 ℎ𝑜𝑚𝑏𝑟𝑒 𝑒𝑠 𝑢𝑛 𝑓𝑟𝑎𝑐𝑎𝑠𝑜, 𝑚𝑖𝑒𝑛𝑡𝑟𝑎𝑠 𝑡𝑒𝑛𝑔𝑎 𝑎𝑚𝑖𝑔𝑜𝑠.

Enlace: https://ok.ru/video/6461719775866

Klaus (2019) – Sergio Pablos

Por Marisela Sánchez.

Jesper, hijo del director de la Academia Postal Real, vive una vida acomodada, solo conoce el lujo y los privilegios, pero su buena suerte termina cuando nuevamente reprueba la Academia y su padre decide enviarlo a una isla remota llamada Smeerensburg con la tarea de instalar un servicio postal con una meta de seis mil cartas enviadas o ser desheredado.

Jesper llega confiado al lugar, sin embargo se encuentra con una gran sorpresa, la gente está dividida en dos clanes los Ellingboe y los Krum quienes viven enfrentándose, se odian entre ellos y no les interesa enviar cartas.

Klaus, el leñador del pueblo, quien se aisló del mundo tras sufrir una fuerte pena encuentra el dibujo de un niño triste y obliga a Jesper a enviarle un juguete que él mismo había fabricado, es entonces cuando Jesper ve una oportunidad para cumplir con su meta y regresar a su vida de lujo, motivaría a los niños a enviar cartas pidiendo juguetes.

Si bien en un principio a Jesper solo lo motivaba regresar a casa, con el tiempo va aprendiendo lo que es el trabajo, y a realizar actos de generosidad de manera desinteresada.

A medida que avanza la película, vemos como las buenas acciones se multiplican, los niños empiezan ayudar a sus vecinos sin importar de qué clan sean y los padres replican estas acciones dejando atrás la rivalidad.

Esta película es una reinvención del cuento clásico de navidad en donde se nos presenta el origen del mítico Santa Claus, con una visión más apegada a la realidad, nos deja ver que la magia nace en los pequeños actos de bondad.

Klaus se exhibió por primera vez en el Festival Internacional de Annecy de 2019, ganó siete premios Annie, entre ellos mejor película de animación y mejor dirección, un premio Bafta a mejor película de animación, obtuvo dos nominaciones al premio Goya, y una nominación al premio Oscar como mejor película animada.

Enlace: https://ok.ru/video/2125936593551

The nightmare before christmas (1993) – Henry Selick

Por Alejandra Díaz Blengio.

The Nightmare Before Christmas cuenta la historia de Jack Skellington, el rey calabaza de la tierra de Halloween, un rey que siente un vacío en su interior, y que un día encuentra accidentalmente la puerta a las tierras de las otras festividades, y entra ni más ni menos que a la de la Navidad, donde experimenta algo nuevo, algo que cree puede llenar ese vacío en su ser, y de ahí lo vemos intentar llevar la Navidad a su tierra, a un pueblo que a simple vista parece miserable, y no tanto porque sus habitantes así lo quieran, sino porque no conocen nada más.

Y la historia acaba mezclando de forma maravillosa el corazón con lo macabro y busca mostrarnos como dos cosas que parecen ser tan distintas entre sí (el Halloween y la Navidad) no lo son tanto después de todo. Resulta interesante como Selick busca unir a éstas dos, partiendo de su dicotomía estética, con una tierra de Halloween sombría, gris, llena de elementos pesadillescos y macabros, mientras que por el otro lado, la Navidad está llena de colores y de brillo, dando la impresión de que desborda alegría.

En un tiempo donde el stop motion se ha perfeccionado al nivel que lo ha hecho, y que incluso hace que nos cuestre trabajo creer que lo que vemos en la pantalla no es CGI, en A Nightmare Before Christmas, la falta de refinación en los sets y en los personajes, le agregan una capaz a la extrañeza de este mundo que estamos viendo, que a pesar de no ser dirigido por Tim Burton, cuenta con estas formas visuales tan características de él, que en momentos nos recuerdan al Gabinete del Dr. Caligari. Además cuenta con una formulación visual muy estilizada y con una composición verdaderamente compleja.

Y es ahí, en ese mundo, donde encontramos a nuestro héroe Jack, una figura existencial que pierde su identidad en su incansable búsqueda por una respuesta, solo para acabar entendiendo que las diferencias no hacen que el Halloween sea inherentemente malo y la Navidad buena, y éste es quizá el mensaje más poderoso de esta película: acabemos con esta violencia estética que adscribe cualidades de bondad a lo bello (o al menos a lo que los mandatos normativos definen como bello) y hagamos nuestro lo raro, lo extraño, lo “otro”, hagámoslo bello, y entendamos que es bueno.

A Christmas Carol (2009) – Robert Zemeckis

Por Marisol Nava.

Charles Dickens publicó A Christmas Carol en 1943. Fiel a su estilo, esta historia de fantasmas cuenta la historia de Ebenezer Scrooge, un hombre rico y tacaño que es visitado por el espíritu de su amigo compañero de negocios. Envuelto en cadenas, le dice que su destino será el mismo, e incluso peor, si no abandona su egoísmo y avaricia. Así, en la víspera de navidad, Scrooge es visitado por los espíritus de las navidades pasadas, presentes y futuras, los cuales lo obligan a poner en perspectiva el impacto negativo que ha tenido sobre las personas a lo largo de su vida.

Desde su publicación, la historia de Dickens ha sido replicada un sin número de veces a distintos medios e, incluso géneros. Existe la versión de Mickey Mouse o, incluso, la de los Picapiedra. Los temas que trata son los que la mantiene relevante. Dickens utiliza el pretexto de la navidad y sus valores de generosidad, paz y amor para reflexionar sobre la situación económica inglesa de la época; por ejemplo, la injusta acumulación de riqueza y la extrema desigualdad económica, problemáticas que, a pesar de estar inspiradas en un contexto específico, realmente son universales y atemporales.

La versión de A Christmas Carol de Robert Zemeckis, estrenada en el 2009, es probablemente mi versión favorita. El elenco está conformado por excelentes actores de renombre, como Jim Carrey, Gary Oldman, Colin Firth y Robin Wright. Existen muchos detractores de la tecnología Motion Capture que se utilizó para su realización y, aunque yo también la aborrezco en otras películas como El expreso polar, creo que sirve en beneficio de esta historia, ya que captura a la perfección el aura fantasmagórica y fantástica del viaje de Scrooge y la visita de los tres fantasmas.

Además, es una fiel adaptación al texto original, que no diluye la crítica social concebida por Dickens, pues el aspecto más fuerte de la historia y lo que la hace relevante sin importar el lugar y la época de las audiencias que escojan disfrutarla.