Entrar al cine sin expectativas y salir con el corazón envuelto en una historia es sin duda alguna un deleite a la vista y un apapacho al corazón. Esta película logró eso, y lo hace bastante bien. Siendo creada desde una saga ya establecida tiene todo para ser simplemente “palomera”, y aún con ello tiene todo para demostrar estar hecha con pasión, precisión y atención a los detalles que importan. Peca de jumpscares como sus antecesoras, pero mejora sobre el universo que ya te presentaron.
Hay mucho que decir y tanto que platicar, vayamos por partes:
→ Tuvo mucho más sentido y coherencia plantear la historia de: «Una enferma terminal quiere cumplir su último deseo de ir por pizza»… que cuando en la primera película dejan al niño atrás y por eso se muere (¡Spoiler alert!, no lo sé, supongo que si alguien lee esto sí vio por lo menos la primera película). El hecho de que no sea una historia grandilocuente si no que se mantenga en lo simple creo que le agrega mucha de su magia, al final, en el apocalipsis no se vivirán grandes historias todo el tiempo, sino muchos miles de millones a través de los ojos de gente común.
→ Qué buena actriz es Lupita Nyong’o; con sus ojos es capaz de transmitir tantas cosas, la tensión, el dolor, el sufrimiento de vivir algo así, súmale que su personaje tiene este carisma e indiferencia sarcástica por decir las cosas tan libremente que nos hace simpatizar por su condición desde que arranca la película, para el momento de la escena del autobús, entre el caos, el polvo, el ruido; no vemos nada en realidad pero podemos vivirlo con el terror de esos maravillosos ojos cristalinos contándonos todo.
→ Tal parece que a Joseph Quinn lo persiguen las historias con «Demogorgons». Mal por él, pero excelente por nosotros. El personaje teniendo este enfoque de ataques de pánico y la ansiedad absorbiendo por completo su cuerpo, me parecieron grandiosas, siempre se habla de la figura de acción invencible que no tiene miedo a nada y que quiere derrotar a los villanos de la historia, pero está no es una historia de cómo derrotar a las extrañas criaturas que invaden Nueva York, no; está es la historia de una dupla que de otra forma jamás se hubiera conocido, ambos con este arraigo a la vida, ya sea por miedo a morir o por el ímpetu de un último deseo tan sencillo como una rebanada de pizza.
→ Estoy sumamente enojado con la escena del generador; fue un sinsentido que me sacó de la inmersión de la historia. El guión en general es sutil, calmado, parece un gotero de medicamentos que debe darte la dosis necesaria más no excederse, bueno; ese momento en la película fue como si nos hubieran dado la fábrica completa de medicamentos.
→ Como neoyorquino honorífico, completamente fascinado de tres cosas características: Harlem como lugar estratégico al norte, las ratas en diferentes lugares de la ciudad y los múltiples espacios que básicamente son Nueva York.
→ Justo cuando estaba a punto de alabar la «mejora» técnica de John Krasinski… aparece «Directed by Michael Sarnoski«, al cual no hay más que aplaudirle esa mejora visual sobre la saga. Se siente diferente, pero para bien, suficientemente inmerso en lo que debe y quiere contar. Visualmente espectacular, la cámara juguetea con el espectador como si nos jalara dentro de la propia película para poder sentir cada paso del avance por la derruida City that never sleeps.
Por último, de las cosas más importantes que me quedan de la película:
→ Bird Box (2018) y The Silence (2019), ambas curiosamente producidas por la N roja, son películas que entretienen pero que se olvidan una vez que los créditos empiezan. Esta saga, ya sea a una forma simple o trabajada, no peca de ello, es puntual con lo que enseña, con el cómo trauma al espectador y cómo engancha en una cadena consecuente de escenas, sonidos y personajes. Creo fervientemente que es la «culpa» del éxito de la saga por sobre las dos mencionadas. Nuestra saga silenciosa bebe sin duda alguna de 28 Days Later (2002) y de The Last of Us I & II: El silencio como el ruido más escalofriante de la historia, como tope, como catalizador del sonido, aún con las teatralidades que nos dejan boquiabiertos pero que pierden mérito con un poco de coherencia, aún con ese pequeño “pecado” de querer atraparnos con formulas cliché, funciona y lo hace de gran manera, verdaderamente no esperaba ver mucho al ver está película, solo buscaba entrar a una sala de cine por dos horas con mi mejor amigo y ver con qué nos entretenían, salí enamorado de muchas cosas de está película y con esta reseña quemándome en la lengua, necesitando plasmar para no olvidar.
→ Finalmente, debo decir como burdo análisis de cierre: «Un mago en Harlem hace lo imposible: hacer sonreír sobre el desastre y el dolor». Y creo que es lo más maravilloso que podemos hacer como seres humanos; hay magos gatunos, magos hechos personas, magos en el cine. Sigamos compartiendo el amor por vivir.
Saúl Araujo Arellano es estudiante de Ingeniería en Toluca, Estado de México, y un ferviente amante del séptimo arte y la literatura desde temprana edad. Desde 2021, escribe de manera casual a través de su cuenta de Letterboxd (@jk_fouxs), motivado por su pasión por compartir opiniones sobre cine. Su interés se centra en los géneros de Ciencia Ficción y Drama, y a lo largo de su vida ha estado cercano a conocer y compartir historias, siendo un creyente de que el poder de las historias mueve al mundo y el cine cambia vidas.
Descubre más desde Kinema Books
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.
