Vértigo es una de las películas icónicas del género, aunque en su debut no causó el revuelo del que hoy día es merecedora a pesar de ser uno de los estrenos más destacados del Festival de cine de San Sebastián.
La trama puede sintetizarse en pocas palabras: “un detective que se obsesiona con una mujer mientras la vigila para su marido”. Pero el desarrollo del arco dramático pasará por una serie de capas de contenido que en sí mismos generan esta sensación de vértigo en el espectador pues toca muchos aspectos humanos como el trauma, el deseo, el poder, el pasado, la pasión, los ideales, los celos y todo esto de una forma paulatina que envuelve a quien la mira, para ser sorprendido una y otra vez durante las poco más de dos horas que dura el largometraje.
La película comienza in-médias-res, en un vaivén de emociones vertiginosas que crecen conforme avanza la trama; complicando un aparente desarrollo simple en una historia repleta de misterio y engaños. Aquí hago una pausa pues la película la vi de nuevo hace poco, después de años de no verla y casi haber olvidado su contenido. Debo decir que incluso hoy día, con los avances técnicos y la poca paciencia de un espectador, la película sigue sorprendiendo varias veces a quien la mira. Es sin duda la magia del cine, pero es más aún el poder de “contar bien una historia”.
La historia siempre será lo más importante, mucho más que la tecnología de punta, la orquestación o las grandes actuaciones. Sin una historia que sostenga y una todo lo anterior, el esfuerzo se desmoronará en cuanto pase la euforia por algún “personaje” de moda y sin duda no sobrevivirá el paso del tiempo.

Cosa que sí ocurre con los grandes clásicos del cine, y de allí la importancia de verlos, de analizarlos y si es posible de aprenderles algo.
Y hablé sobre la tecnología de punta, aun sabiendo que esta película en su momento fue la primera en usar gráficos en computadora, aunque en su caso y como ya mencioné, la historia era mucho más fuerte y resistiría el paso del tiempo.
Si nunca la has visto, es la oportunidad perfecta para disfrutar y poner en perspectiva cómo se hace buen cine, en el que la música es un personaje más; la iluminación dará pistas a los espectadores, aunque no quiere decir que atinen a muchas de las sorpresas que esperan; las tomas, los planos y los movimientos de cámara son un deleite; las actuaciones entregan lo debido y la dirección magistral sigue siendo tema de discusión para los estudiantes del género.
Acércate a ella sin saber de qué trata y la disfrutarás aún más. Deja que la trama te sorprenda. Disponible en la plataforma Max.
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