En tres partes, y a través de la vida y obra de tres comediantes, analizaremos la pesada loza de la comicidad y lo hilarante.
Comenzaremos con el documental Robin Williams: Come Inside My Mind (2018).
I
“Tienes que estar loco. Demasiado tarde para estar sano. Muy, muy tarde. Tienes que ser el gran tonto. Porque solo te han dado una chispa de locura, y si pierdes eso, no eres nada. Nota, de mí para ti… Jamás lo pierdas porque eso te mantiene vivo.”
Robin Williams
La comedia es una concatenación de instantes hilarantes que buscan la empatía necesaria para hacer estallar al espectador en un sinnúmero de risas y carcajadas.
Aunque la comedia es también una droga.
La comedia es también una loza.
La comedia, también es dolor.
Imagina, por un momento, que tu mente es invadida por un impulso psicótico que te pide espetar un pensamiento. Un pensamiento que ha provocado que tu mente, instantáneamente, esté partida de risa con tal premisa y remate.
Es un pensamiento hilarante. Un chiste, vaya.
Pero quizá no es el momento, no es el lugar. Tal vez la comicidad no sea bienvenida en ese “ahora”.
Tienes la opción de ahogar ese impulso y solo reír para tus adentros. O, si eres valiente, y un poco tonto, expulsarás ese pensamiento que has construido cómicamente.
No hay certeza sobre el desenlace. Pero al menos, te habrás liberado.
Ahora imagina estar así todo el tiempo. Que las horas conscientes de tu día se vean invadidas por esos arranques, y tener que sacarlos.
Pero no solo eso. Tienes que escribirlos, estructurarlos, ensayarlos, venderlos, presentarlos nacional y mundialmente, y volver a comenzar todo porque no puedes contar, siempre, el mismo chiste.
Imagina ser divertido 24/7. En cada etapa de tu vida. En fiestas, cumpleaños, funerales, en el sexo, en la comida, cuando cagas, cuando vas al médico ¡cuando duermes!
Todo el jodido tiempo.
La comedia es una loza.
Y esa loza tiene que ser cargada con una enorme y brillante sonrisa.
II
“La habilidad de hablar en público es anormal. Es más increíble que ser capaz de correr rápido o hacer una clavada o cualquiera de esas cosas. Es anormal. ¿Crees que Superman pudiese hablar para un auditorio de mil personas?”
Chris Rock en Comedians in Cars Getting Coffee
En 2021 Netflix celebró el especial de comedia llamado The Hall, en el cual se inauguraba un salón de la fama para el stand up.
¿Su primera clase? Bueno, pues nada más y nada menos que cuatro legendarios comediantes: George Carlin, Richard Pryor, Joan Rivers y Robin Williams.
Durante la inducción de Williams al salón de la fama, el comediante John Mulaney, proclamó lo siguiente:
“Aquí hay una idea que escucho mucho. A la gente le gusta teorizar que la comedia surge de un lugar de dolor y tristeza. Y a la gente le gusta hablar de los comediantes como si hiciéramos lo que hacemos debido a una oscuridad interior. Y esto se usa especialmente cuando se habla de Robin Williams. Y con todo respeto, a la mierda con esa estupidez. Ten un poco de respeto por un artista brillante que tenía más talento que tú. Esa era la verdad. Hacer reír a la gente es increíblemente divertido. El arte de la comedia es una dicha. Y ser comediante no es una condición psiquiátrica. ¿Será que muchos de nosotros también estamos muy jodidos, incluido yo? Sí… pero, da igual. Hay gente deprimida que no tiene la decencia de ser grandes comediantes.”
Las palabras anteriores pronunciadas por Mulaney fueron a colación de la especulación del estado mental de Williams en el cual se decía que una perturbadora “oscuridad” era la fuente de su genio cómico y de su posterior suicidio.
Pero todo era solamente un infundado rumor.
En Robin Williams. Come Inside My Mind, la directora Marina Zenovich desglosa la carrera del cómico a través de material nunca antes visto y entrevistas con su círculo cercano.
Son estos materiales y entrevistas las que nos muestran lo desgastante que era la vida de Williams, en la cual, cada noche, su explosivo talento se adueñaba del escenario y como un huracán asestaba por más de una hora.
Litros y litros de sudor y saliva eran pruebas fehacientes del enorme esfuerzo físico que representaba ser Robin Williams cada noche.
Aunque no todo se detenía allí porque al terminar su tour de shows en vivo, era común verlo enfrascado durante semanas en el rodaje de alguna película.
Williams era un bólido que rara vez se detenía. Bueno, al menos eso se pensaba.
III
Billy Crystal era uno de los mejores amigos de Robin Williams. Su relación se había forjado en los escenarios pero con el tiempo, y su innegable química, logró trascender a un nivel más personal.
En distintas ocasiones durante el documental Billy Crystal narra las divertidas maneras en las cuales él y Williams interactuaban. Su amistad radicaba en la bondad de la comicidad.
Para Crystal, ver la sonrisa de Williams era común hasta qué un día pudo ver el miedo alojarse en su rostro.
Williams le confesó a Crystal que tenía la enfermedad de Parkinson.
Una enfermedad que pronto, tristemente, lo llevaría a su desenlace.
IV
“El cerebro humano es una extraordinaria glándula de un kilo y medio. Es cómo neurología cuántica o fisiología cuántica que en el momento que crees que lo entiendes se le ocurre otra cosa.”
El 11 de agosto del 2014 se reportaba la muerte de Robin Williams.
¿La causa de muerte? Suicidio
Bastantes teorías buscando llenar los espacios en blanco fueron esparcidas. Todas infundadas. Todas falsas.
La mayoría de estas noticias explicaban que el suicidio de Williams había sido porque tenía el complejo del payaso triste.
Pero todo ello estaba alejado de la verdad.
La Demencia de Cuerpos de Lewis había devorado el cerebro del comediante privándolo de sus habilidades cognitivas y llevándolo poco a poco a un estado de desesperación y desolación que lo llevó a quitarse la vida.
La Demencia de Cuerpos de Lewis es una consecuencia de la enfermedad de Parkinson. Es una tipo de demencia neurodegenerativa que es letal y veloz. Es una carga que elimina la personalidad y la consciencia.
Cuando eres una fuerza de la naturaleza, un prodigio con una mente vertiginosa y tu capacidad de respuesta es impresionante debe ser demoledor perder tus habilidades, descubrir como progresivamente vas perdiendo aquello que te hacía brillar en lo alto del firmamento.
Como después de ser el astro más veloz y brillante en el cielo, miras al suelo y ves una cruda y estrepitosa caída.
Williams, atrapado por su enfermedad, y por el miedo de no reconocerse más decidió quitarse la vida.
Las risas se apagaron y con ello su estela.
V
“No tengo una rutina como tal, lo que tengo es más parecido a una alcantarilla de consciencia. Simplemente, ideas.”
Robin Williams
Hoy en día la Demencia de Cuerpos de Lewis es una enfermedad que está teniendo más exposición y cada día se avanza más en su reconocimiento.
Actualmente no hay cura conocida pero casos como el de Robin Williams abren una posibilidad de estudio que pronto presentará un tratamiento que ayudé a sobrellevar este padecimiento.
El documental Robin Williams: Come Inside My Mind es una producción de HBO y se encuentra en la plataforma MAX.
En el filme se detalla etapa por etapa la vida de Williams, enfocándose en lo demoledor de su ética de trabajo, y como su mente no tenía descanso de esas ideas cómicas que lo llevaban a gritar, bailar o saltar todo con el fin hacer reír a millones de extraños alrededor del mundo.
José A. Mora es un amante del cine extraño, bizarro e inclasificable. Su pasión por este tipo de cine lo llevo a desempeñarse en el departamento de programación en los festivales de cine FERATUM, Rubber Y STUFF MX como programador y curador fílmico. En su papel como director de programación en STUFF MX FILM FESTIVAL concreto la difusión de cine independiente de corte bizarro de todos los rincones del mundo. Curo los ciclos WAKALIWOOD: CINE DE ACCIÓN DESDE UGANDA, YAKOV LEVI: EL JOHN WATERS UCRANIANO e INVASIÓN FILIPINA: CINE TRASH Y DE EXPLOTACIÓN FILIPINO. Así como el estreno de cientos de largometrajes y cortometrajes que ondeaban la bandera del cine inclasificable. Actualmente ha comenzado su travesía como escritor de textos cinematográficos para así seguir compartiendo su amor por el séptimo arte.
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