Luego de 16 años, la banda británica Oasis regresa a los escenarios este 4 de julio en el Millennium Stadium de la ciudad de Cardiff, capital de Gales. En México, se presentarán los días 12 y 13 de septiembre, en el Estadio GNP Seguros. Kinema Books se dio a la tarea de buscar aquellas películas en las que aparecen las canciones de los hermanos Gallagher. Cierres epícos, nostalgia, violencia y momentos de gloria, Elizabeth Montelongo y Armando Navarro escriben sobre la fusión de britpop y séptimo arte en seis secuencias involvidables. ¡Mad Fer It!

The Faculty (1998) – Robert Rodriguez (Stay Young, 1997)
Ser preparatoriano es complicado, más cuando los chicos están agrupados por identidades: los jugadores del equipo estrella, los chicos del periódico escolar, los “raritos”, los “débiles”, por decir algunos. A eso le sumamos vivir en un pueblo pequeño, donde todo se sabe y el único entretenimiento son los partidos de americano de la escuela. Y sí así la vida suena aburrida, tal vez se necesita un poco de emoción… ¡PERO NO TENER QUE SALVAR AL MUNDO DE ALIENÍGENAS!
The Faculty (1998) retrata lo antes mencionado. Con las actuaciones de unos jóvenes Josh Hartnett, Elijah Wood, Jordana Brewster, Clea DuVall, Laura Harris, hasta la aparición de Salma Hayek, la cinta noventera nos da escenas de ciencia ficción y horror, donde unos pobres chicos tienen que luchar contra seres de otro mundo y su única arma son las drogas diuréticas de Zeke.
Cuando toda esperanza estaba perdida, en el momento donde los chicos estaban perdiendo la lucha uno por uno, el personaje “más débil” y que fue tomado por loco al inicio logra hacerle frente con sus últimas fuerzas y derrota al alien en jefe. Los días vuelven a ser soleados, los chicos regresan al campo de football, la chica “dark” es ahora novia del ex-atleta, la popular se queda con el niño héroe y justo en ese momento de felicidad, la banda de los Gallagher comienza a emitir un cántico adecuado para todo lo que pelearon los niños de Herrington:
Hey! Stay young and invincible
Cos we know just what we are
And come what may we’re unstoppable
Cos we know just what we are
(Eli Montelongo)

Snatch (2000) – Guy Ritchie (Fucking in the bushes, 2000)
En aquel inquietante año 2000, Oasis presentaba Standing On The Shoulder Of Giants, un trabajo que pretendía romper con el britpop de su triada anterior, para acercarse peligrosamente a un rock más alternativo, agregando psicodelia y electrónica. El disco arrancaba poderoso con Fuckin’ In the Bushes, tema instrumental con el que la banda abrió varias de sus giras; junto con los interludios musicales del (What’s the Story) Morning Glory? (1995) y The Swamp Song, se trata de las rarezas sin voz, melodías que ponen la fuerza en el rock puro.
El director británico Guy Ritchie, en algún momento llamado el “Tarantino inglés”, decidió utilizar Fuckin’ In the Bushes en la secuencia climática de su mosaico criminal Snatch: cerdos y diamantes (2000), aquella donde Mickey O’Neil (Brad Pitt), en un húmedo sótano, se agarra a puñetazos con un gigantón, ante una horda de tipos que aplauden la pelea clandestina. Mickey debe dejarse ganar para evitar que él y sus compinches sean ejecutados, pero noquea a su oponente.
Ritchie comienza la escena con un plano secuencia mientras suena la batería seca y las distorsiones de guitarra acompañan a los personajes a las inmediaciones del ring; la pelea salpica sangre y sudor, con un vertiginoso montaje que se va alargando en violencia, tensión y humor negro.
Fuckin’ In the Bushes marca el ritmo de la acción, deteniéndose en las miradas estupefactas de los personajes interpretados por Jason Statham y Stephen Graham, que se saben al borde de la muerte si Mickey no se queda en el suelo. Brad Pitt se levanta y la música regresa con más poder que antes, hasta una apoteosis donde la trama se revela como una sinfonía de venganza, exceso y traición.
El soundtrack de Snatch, editado por Universal, incluía temas de Massive Attack, The Stranglers y Madonna, pero sin duda el momento más recordado con el paso del tiempo es el que adereza Oasis, con una melodía que se incrustó en la cultura pop, utilizado en celebraciones, programas de televisión y entradas de luchadores al ring.
La simbiosis conseguida entre Fuckin’ In the Bushes y el alocado filme de Guy Ritchie, solo puede entenderse como la mezcla irremediable de dos elementos sumamente británicos que brotaron juntos en aquel lejano 2000, post Y2K. Canción extraña, los instrumentos crudos del rock se revuelven con diálogos del documental Message to Love – The Isle of Wight Festival (1995) de Murray Lerner y voces repetitivas de ambigüedad insólita. “Kids are running around naked, fuckin’ in the bushes”.
(Armando Navarro)

Goal! (2005) – Danny Cannon (Morning Glory, 1995)
El fútbol es un deporte apasionante, es un lenguaje universal. Hemos visto por décadas niños jugando con un balón en la calle. Soccer. Football. Fútbol. Pero nadie entiende la pasión que genera el esférico como Santiago Muñez y los ingleses.
Goal! The dream begins (2005) dirigida por Danny Cannon y protagonizada por Kuno Becker nos cuenta la historia de Santiago Muñez, un mexicano indocumentado que vive en Los Ángeles y cuya pasión es el fútbol. Su talento capta la atención de Glen Foy, un ex-cazatalentos que lo lleva al viejo continente para probar oportunidad con el Newcastle United y vivir el sueño de la Champions League.
La banda originaria de Manchester hace su aparición con canciones como Cast no shadow, cuyas letras “Here’s a thought for every man who tries to understand what is in his hands” resuenan en el fondo de una escena donde vemos a un Santi determinado, viviendo sus primeros momentos en una ciudad nueva que podría abrazarlo y convertirse en su nuevo hogar si aprovecha la oportunidad de unirse a un equipo inglés. Bien dicen los Gallagher: “He walks along the open road of love and life, surviving if he can”.
En otra toma, Muñez consigue un mes de prueba, pero el deporte profesional no es fácil, así que lo vemos entrenando y dándolo todo mientras suena Acquiesce. Liam Gallagher, en medio de una canción completamente rockera, canta con su rasposa voz “I don’t know what it is that makes me feel alive, I don’t know how to wake the things that sleep inside” mientras Santiago entrena para ser el futbolista que siempre quiso ser. Hay que recordar que los ingleses saben trabajar en equipo, por eso en Acquiesce resuena:
Because we need each other
We believe in one another
And I know we’re going to uncover
What’s sleepin’ in our soul
Y por último, el mexicano un día se levanta y piensa que perdió todo porque no se encuentra en las listas de reserva para luego enterarse que jugará con el equipo principal. El sueño se ha completado, la emoción crece y los primeros acordes de Morning Glory aparecen con las líricas:
All your dreams are made
When you’re chained to the mirror and the razor blade
Today’s the day that all the world will see
Porque sí, Inglaterra y el mundo en general podrán ver de qué está hecho Santiago Muñez.
(Eli Montelongo)

The Acid House (1998) – Paul McGuigan (Going Nowhere, 1997)
Luego de recibir una paliza por parte de la traidora Catriona (Michelle Gomez) y su amante (Maurice Roëves), Johnny (Kevin McKidd) intenta seguir con su vida trabajando en un supermercado. La prioridad es velar por su pequeña hija; entonces suena Going Nowhere, con los acordes afligidos y la voz de Noel recitando una letra que habla sobre lo que perdemos mientras vivimos, existencias aburridas y envejecer bajo la lluvia.
El director escocés Paul McGuigan utiliza la canción de Oasis en el segmento A Soft Touch, segunda historia del filme The Acid House (1998) (adaptación de la novela de Irvine Welsh), para transmitir la aflicción del protagonista ante eventos que no puede controlar y el dolor de sentirse abandonado. En un soundtrack de por sí poderoso, repleto de bandas británicas, el tema de Noel Gallagher aporta la parte melancólica en la secuencia de apenas unos minutos, cuando Johnny parece avanzar y entender que una pareja no siempre es sinónimo de confianza y amor. La música desaparece y hay un descenso a las tinieblas del hedonismo y la adicción; Catriona es ignorada por su siniestro querido, dándose cuenta que cambió cariño sincero por placer banal. La mujer regresa, ahora embarazada, buscando a Johnny, quien parece perdonarla justo en el mismo bar donde se conocieron al inicio de la historia.
El desenlace pesimista, marca de la casa en la literatura de Welsh, remata con un fundido a negros emisor del círculo vicioso en el que los personajes quedan atrapados. The Acid House es un ejercicio de esencia muy británica, igual que el rock que Oasis toca; la inclusión de Going Nowhere en el soundtrack remarca esa noción inglesa de la clase media traicionada y los estragos del Thatcherismo, con una sociedad sin rumbo determinado, sobre un tren sin destino. El tema, originalmente B-side de Stand by Me y después incluido en la recopilación The Masterplan (1998), sobresale por varios motivos: primero, es interpretada por Noel, lo cual vuelve notable cualquier canción de Oasis; segundo, comienza suave y termina épica, con ese piano que acaricia los tímpanos en el final; tercero, la tonada es de una nostalgia insoportable, remitiendo al temor de ver pasar la vida como espectador y no como protagonista.
Paul McGuigan embauca a su audiencia rumbo al desenlace, prometiéndole un poco de esperanza con Going Nowhere, para después atestarle un colofón sucesivo, triste. “Here am I, gettin’ lost and lonely, sad and only, ¿why sometimes does my life feel so tame?”
(Armando Navarro)

Mommy (2014) – Xavier Dolan (Wonderwall, 1995)
Mommy (2014) es un drama indie canadiense estrenado en 2014, escrito y dirigido por Xavier Dolan y ganador del premio del jurado en el Festival de Cannes de ese año. Dolan nos muestra la historia de Diane “Die” Després, una viuda que está viviendo sus 40’s lidiando con su hijo adolescente con TDAH qué puede llegar a ser muy violento, pero un rayo de esperanza aparece cuando su tímida vecina, Kyla, le ayuda a criar al desastroso Steve y juntos forman una nueva familia. La cinta se conforma de discusiones, karaokes, risas con sabor a vino y un plot twist que nos muestra que por mucho que amemos a alguien no podemos cambiarlo.
La relación Steve-Kyla-Die es extraña: una madre viuda con actitudes juveniles pero cargando con problemas mayores, un adolescente difícil con aspiraciones artísticas y una maestra con problemas del lenguaje que encuentra en la disfuncional familia un escape para salir de su monótona rutina. Sus vidas transmiten la sensación de encierro y Dolan juega con esta situación ya que nos muestra una toma en ratio 1:1, es decir, solo podemos ver escenas cuadradas, no hay un panorama completo que ver y eso hace que solo nos centremos en la complicada vida del trío.
Contra todo pronóstico, estos tres personajes de alguna forma construyen una nueva familia y comienzan a existir momentos felices, uno de ellos musicalizado por la romántica Wonderwall. Kyla es un nuevo soporte importantísimo para Steve y mientras vemos cómo la dinámica ha cambiado y ahora hay risas y paseos vespertinos en el fondo escuchamos:
Because maybe
You’re gonna be the one that saves me
And after all
You’re my wonderwall
Al fin podemos soñar nuevos comienzos: Die consigue trabajo, las tomas tienen colores cálidos, Kyla se ve más libre y Steve nos abre un nuevo panorama con una maniobra que parece que rompe la cuarta pared: el chico, andando en su longboard, se acerca a la cámara y expande el 1:1 para ahora entregarnos una vista completa, totalmente horizontal.
And all the roads we have to walk are winding
And all the lights that lead us there are blinding
There are many things that I would like to say to you, but I don’t know how
Es como si hubiéramos estado debajo del agua demasiado tiempo y ahora salimos a la superficie a tomar un respiro que sabe a tranquilidad.
(Eli Montelongo)

The Butterfly Effect (2004) – Eric Bress, J. Mackye Gruber (Stop Crying Your Heart Out, 2002)
El filósofo danés Sören Kierkegaard, advierte: “La vida solo puede ser comprendida hacia atrás, pero tiene que ser vivida mirando hacia adelante”. Bajo esta premisa, The Butterfly Effect (2004) se despliega como una película de viajes en el tiempo en el que un pequeño cambio en el pasado, provoca grandes variaciones en el futuro, idea tomada de un proverbio chino que evoca el aleteo de una mariposa provocando un tifón.
Evan (Ashton Kutcher) y Kayleigh (Amy Smart) son amigos de la infancia pero su relación está escoltada por la tragedia; sin importar cuantas veces Evan viaje al pasado, el drama los cunde. La solución es alejarse, decir adiós para evitar lastimar al ser querido; aprender a soltar y aceptar la pérdida como la forma más pura de amor. La secuencia final, acompañada por la dulce Stop Crying Your Heart Out, muestra a Kayleigh y Evan en una elipsis de tiempo, caminando por las calles Nueva York; han pasado ocho años y no se conocen, aunque ambos se ven y sienten que algo existió entre ellos. El protagonista duda pero avanza, renunciando a la posibilidad de un reencuentro, justo cuando la canción de Oasis sube, trasmitiendo una sensación agridulce.
Instante épico, película y tema quedaron enganchados, posicionando la melodía como la tercera más escuchada de la banda, solo detrás de los himnos Wonderwall y Don’t Look Back in Anger. En Stop Crying Your Heart Out, segundo sencillo del álbum Heathen Chemistry (2002), la voz rasposa de Liam Gallagher explota como en sus mejores tiempos, amalgamándose con un piano y coros que van de lo terso a lo glorioso. Estamos ante el que quizá sea el último gran clásico de Oasis, una balada que habla de miedo a la incertidumbre, estrellas que se apagan y resistir ante la adversidad. Pero sobre todo, Noel Gallagher dijo que se trataba de un poema ante tiempos complejos, junto a la fuerza que se necesita para levantarse y seguir adelante.
Los cineastas Eric Bress y J. Mackye Gruber, estrenaron The Butterfly Effect en el Festival de Cine de Sundance en enero de 2004, comenzando ahí un éxito unánime en crítica y taquilla que la llevo al estatus de culto, gracias a la fusión de ciencia ficción y suspenso psicológico. Cuando Evan literalmente quema sus diarios para no volver al pasado, demuestra que la lección sobre perder para ganar ha quedado aprendida. La secuencia de cierre se vuelve inolvidable por su fuerza narrativa, donde el espectador queda invitado a reflexionar sobre decisiones tomadas y consecuencias posteriores. Get up (get up), Come on (come on), Why you scared? (I’m not scared), You’ll never change what’s been and gone.
(Armando Navarro)
Otras secuencias y películas:
A life less ordinary (1997) – Danny Boyle (Round our way, 1995)
Cold case: The war at home (2006) – Alex Zakrzewski (Little by little, 2002)
Fear Street: 1666 (2021) – Leigh Janiak (Live Forever, 1994)
Serie iZombie (2015-2019) (Champagne Supernova, 1995)
Creation Stories (2021) – Nick Moran
Supersonic (2016) – Mat Whitecross
Live Forever: The Rise And Fall Of Brit Pop (2003) – John Dower
Eli Montelongo es originaria de la Ciudad de México. Fanática de David Fincher y Mike Flanagan. Amante del true crime, del misterio y del romance. Devoradora de cualquier contenido sobre vampiros. La mayor parte del tiempo está leyendo algo, paseando por la ciudad o escuchando música, en su mayoría del género rock/indie. Le gusta compartir sus gustos literarios/cinéfilos/musicales en Instagram (@its_elimm), tiktok (@elimm06) y letterboxd (@elimm30)
Armando Navarro es periodista, cinéfilo y lector empedernido. Escribe sobre cine, arte y literatura. Editor en Kinema Books, escribe también en Revista Purgante y La Séptima Pantalla.
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