Texto dedicado a la memoria de mi amigo Irving Torres.
“Un día iba caminando por las calles de Las Vegas, Blvd. mejor conocido por “The Strip” y escuché a un tipo gritar lo siguiente a una pequeña multitud que transitaba por la calle: ¿Lo que pasa en Las Vegas?
A lo que la gente respondió: ¡Se queda en Vegas!
Pero inteligentemente el hombre cerró la frase de la siguiente manera: ¡No, se queda en redes sociales!
Esto me abrió los ojos a cómo vemos el mundo y nuestra privacidad hoy en día ante la llegada de de las plataformas digitales.”
Una anécdota personal.
La Ventana Indiscreta (Rear Window, 1954), es una obra cinematográfica creada por Alfred Hitchcock que nos narra la historia de L.B. “Jeff” Jefferies, un fotógrafo profesional que se encuentra confinado en su departamento, después de haberse roto la pierna en un accidente mientras estaba en el trabajo. Aburrido y limitado únicamente a una silla de ruedas, comienza a observar la vida de las personas que viven a su alrededor a través de su ventana.
Ahora bien, entre los personajes que se pueden observar desde ahí, podemos encontrar a una pareja recién casada, a la solitaria “Miss. Lonelyhearts”, a la bailarina “Miss. Torso”, a un compositor frustrado y a los Thorwald, en el cual quisiera centrar la atención del texto. Estos últimos, interpretan el rol de un matrimonio ensombrecido por las tensiones del día a día cuya dinámica llama inmediatamente la atención de Jeff.
Con el paso de los días, Jeff cree que el señor Thorwald asesinó a su esposa, tras escuchar una serie de peleas y discusiones hasta un día notar la desaparición de su mujer. Así mismo, la historia nos introduce a dos personajes mas Stella (la enfermera de Jeff) y su novia Lisa quienes al inicio se muestran un tanto escépticas sobre el asesinato de la esposa de Thorwald. No obstante, al poco tiempo de adentrada la película, poco a poco Hitchcock, nos va mostrando señales que parecen confirmar las sospechas del protagonista.

Jeff, incapaz de salir de su apartamento debido a la lesión en la pierna, involucra a Lisa y Stella en una especie de investigación un tanto improvisada, en la cual pone en riesgo la vida de su novia quien decide entrar a buscar al departamento de los Thorwald alguna pista que los lleve a acertar en su indagación. No obstante, Jeff no estaría preparado para lo que sucedería a continuación cuando Thorwald entra por la puerta y la encuentra con las manos en la masa.
De esta manera, él suspenso va in crescendo de la manera más intensa posible hasta que Thorwald, descubre que Jeff en la ventana de enfrente lo había estado espiando todo este tiempo. Al final, se logra resolver el misterio y se restablece el orden, no sin dejar en claro que nuestro protagonista quién aprendió la lección de no andarse metiendo en asuntos que no le competen.
Hablemos ahora del tema principal de la película de Hitchcock, el cual nos regala una exploración hacia el tema del voyerismo, una interpretación de la realidad a través de los fragmentos de la historia que nos cuenta Jeff a lo largo de la historia y los límites entre observar por mera curiosidad hasta convertir esta observación en una invasión moralmente dudosa de la privacidad y es aquí donde nos vamos a detener a hacernos la pregunta que inspiró este texto: ¿qué revela la película de la ventana secreta sobre nuestra obsesión actual por mirar — y ser mirados — en una época donde las pantallas han remplazado a las ventanas?
Para esto, es imprescindible entender como consumimos y compartimos contenido hoy en día con respecto a nuestra ventana al mundo de “las redes sociales” y cómo es que esto ha afectado o hecho desaparecer nuestra privacidad a lo largo de los últimos años. De acuerdo con el portal Kaspersky Latam, podemos decir que el uso de las redes sociales hoy en día, ya es una parte fundamental de nuestra vida cotidiana donde la seguridad y la privacidad en estas plataformas, ya es una preocupación cada vez mayor. Debido a la cantidad de datos que los usuarios proporcionan en las redes sociales y la forma en la que las plataformas las utilizan a su favor donde la privacidad ya es un tema cada vez más debatido.
No obstante, a pesar de los esfuerzos de parte de los organismos gubernamentales y las instituciones privadas por invitar a los usuarios a proteger su información más sensible, la realidad es que muchos de nosotros ya hemos normalizado el compartir datos muy privados mediante las plataformas online. Abarcando así desde números de tarjetas bancarias compartidas hasta fotos íntimas que podrían poner en riesgo nuestra integridad como personas. Pero, ¿cómo podemos relacionar esto con la pregunta que nos hemos hecho para este breve ensayo?
Voyerismo vs. Vigilancia hoy en día:
Para poder contestar esta pregunta, hay que regresarnos un poco en el texto para poder comprender como es que el protagonista de La Ventana Indiscreta juega un rol fundamental en la temática voyerista y es que él ve a sus vecinos como su único entretenimiento mientras el esta en su periodo más ocioso debido al accidente de su pierna rota. Aquí, lo podemos observar viendo cómo las demás personas hacen gestos y rutinas de su día a día haciéndonos cómplices de fu fechoría fisgona. Pero si contextualizamos esto a nuestros tiempos donde las redes sociales ya son parte de nuestras vidas, podríamos decir que ¡el voyerismo ya es digital y masivo!

Lo que antes implicaba “asomarte a la ventana para ver el chisme” hoy se hace mediante un vistazo a las historias de Instagram, Facebook, Tik Tok o WhatsApp donde se muestra a la gente de todas partes del mundo haciendo streaming de sus vidas las 24 horas del día y los 365 días del año. En donde los usuarios muestran geolocalización, fotos, comentarios de otros usuarios y un sin fin de información que se comparte de manera voluntaria en las redes y sin necesidad de “espiar” al otro.
Es aquí donde podemos decir que el deseo humano de observar la vida ajena se ha comenzado a normalizar y peor aún, se ha comenzado a monetizar lo que representa que la privacidad de otros es el negocio de muchas personas que giran alrededor del mundo de la internet. Donde si Jeff fuese un personaje real hoy por hoy, sería un consumidor ferviente y obsesivo de las redes sociales o incluso un “stalker digital”.
Privacidad un lujo que se ha desvanecido con la era digital:
En el año en el que se realizó la película de La Ventana Indiscreta, lo público y lo privado eran temas separados por paredes, cortinas e incluso distancias físicas. En la cinta, el grave delito de Jeff, fue violar ese límite al ser observador de las ventanas e historias de la vida privada de los demás personajes. Sin embargo, hoy en día podemos decir que la privacidad, ya no es algo totalmente separado de los demás individuos que nos rodean.
Ya que el colectivo social, ha decidido como si fuese parte de un acuerdo global que él compartir todo tipo de detalles como fotografías intimas y otros datos debe ser bien visto dentro de un contexto de vida digital. Dónde las apps pueden ser capaces de rastrear tus compras, ubicaciones, intereses y las cámaras urbanas y privadas nos están vigilando de manera constante todo el tiempo. Y si esto, lo pusiéramos en perspectiva con la película, podríamos decir que bajo este nuevo orden y reglas sociales impuestas, Jeff sería considerado como alguien normal, siempre y cuando este haciendo sus vigilias mediante el uso de un dispositivo inteligente.
La moralidad del espectador en el antes y el ahora:
En la película, podemos notar que Jeff logra justificar su vigilancia por que tiene la sospecha de que su vecino ha asesinado a su esposa. Sin embargo, Hitchcock mediante el desarrollo de la trama, hace que el espectador se pregunte si hacer eso es lo moralmente correcto o no al mismo tiempo que lo hace cómplice del voyerismo del protagonista.
Bien, si lo contextualizamos a nuestros días, podríamos decir que la moral se ha vuelto flexible donde el público puede ser testigo y partícipe de crear y difundir contenido tal como “True Crime”, videos de vecinos, cámaras de seguridad y contenido íntimo sin cuestionarlo. En donde sí alguien “publica algo”, inmediatamente nos sentimos con el derecho de juzgarlo o compartirlo. Así mismo, si un video se vuelve viral, nadie se pregunta si este mismo se obtuvo éticamente. Con esto, podemos suponer que lo que antes era un dilema de debate ético, hoy se volvió parte de un sistema de entretenimiento de consumo masivo mediante las redes sociales.

El aislamiento urbano sigue igual… o peor:
En la cinta de Hitchcock, nos damos cuenta que Jeff está confinado a estar en casa y en silla de ruedas a causa de su lesión en la pierna y la ventana de su casa representa su única conexión con el mundo que lo rodea. Los vecinos a los que espiamos junto con él, no se conocen entre sí pero viven en las mismas torres de departamentos dentro de la ciudad.
En la actualidad, podemos decir que las personas a pesar de que estamos mucho más conectados estamos mucho más aislados que antes y por ende pasamos más horas mirando las vidas ajenas pero entendiendo muy poco de la realidad de cada una de ellas. Ahora bien, tras la pandemia de COVID-19, la idea de “vivir hacia afuera desde el encierro” se volvió parte de nuestra cultura, hasta el punto que hemos normalizado temas como los que se han visto hasta ahora en este texto. Es decir que la ventana, ahora se ha convertido en una pantalla que está al alcance de la mano de todos nosotros.
Hitchcock, un visionario del futuro de las redes sociales:
Si comparamos la narrativa de que Jeff solo podía ver fragmentos de la vida de los otros y la traducimos a nuestro contexto actual, podríamos decir que las personas hoy en día creemos conocer a alguien por ser observadores de pequeños fragmentos de su vida cotidiana a través de las plataformas. Lo que podríamos traducir en la cinta como que Jeff crea historias sin contexto a partir de lo que es capaz de observar en las ventanas vecinas.
Lo mismo hacemos las personas en la actualidad donde los usuarios recopilamos información de las demás personas mediante algunas fotos, comentarios o videos de 5 segundos y ya nos sentimos conocedores de toda su vida. Así mismo, podríamos decir que Hitchcock, sin proponérselo logró trascender en el tiempo mediante una comprensión del comportamiento futuro de las masas ante la era digital.

Existe un peligro de interpretar algunas cosas sin un contexto previo. En la película, Jeff interpreta señales y arma una teoría en su cabeza sobre un asesinato, basado en las observaciones que él hacía a la ventana de Thorwald. En la vida real, podríamos traducir esto como cancelaciones en redes sociales, acusaciones virales, chismes públicos y videos cortados que pueden generar conclusiones erróneas sobre ciertas cosas ya sean personales o históricas. Esto, nos hace llegar juntos a la conclusión de que la “Ventana Indiscreta” se convierte en un recordatorio de cómo vemos lo que solo queremos ver.
Finalmente, podríamos decir que la obra cinematográfica La Ventana Indiscreta, es más relevante hoy que en el año de su estreno. Ya que Hitchcock logró anticiparse en el tiempo a un mundo donde las personas observamos compulsivamente las redes sociales, perdemos nuestra privacidad de manera voluntaria, vivimos detrás de una pantalla todo el tiempo y creemos entender lo que sucede en las vidas de otras personas mediante la acción voyerista de mirar únicamente fragmentos de sus vidas en línea, que no necesariamente son reales del todo. Concluyendo que esta es una película que habla de nuestro presente, donde la ventana ya no es la de un departamento, sino que ésta es una pantalla que revisamos de manera constante cientos de veces al día.
Alexa Sefchovich Domínguez es Licenciada en Diseño de la Información y cursa actualmente una maestría en Marketing Digital y Analitica del cliente. Escribe sobre cine desde el año 2020, publicó para el periódico Crónica el artículo ‘La experiencia del cine pre y post COVID 19‘ y para el sitio Corre Cámara escribió ‘La importancia del crítico en la era de los influencers’. También colabora para la Revista digital Cinent.com. Síguela en Instagram como @alexasefdom
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